Un Caetano en forma

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Un Caetano en forma

caetanoUno va al Circo Price a ver a Caetano Veloso con expectativas un tanto contradictorias. Por un lado, es el gran Caetano Veloso, aquel que -junto a Gal Costa, Gilberto Gil y demás- concibiera esa mezcla de bossa nova y pop que se vino a llamar Tropicalismo. Un artista con una carrera enorme que, de ser anglosajón, estaría todavía más encumbrado. Por otro lado, uno teme el peligro de tantos espectáculos de precios altos y público adulto en el Price: montajes cerrados y encorsetados, artistas viviendo de glorias pasadas, mero «abuelismo» nostálgico o desesperados intentos por remozarse con un bañito de modernidad.

Pero, aunque algo de eso había, Caetano Veloso no decepcionó a los que, lejos de llenar el recinto, acudimos a la cita. En buena parte porque planeó un espectáculo inteligente en el que supo jugar muy bien sus buenas cartas, que son muchas. El setlist se basaba en su último disco «Abraçaço», pero introducía constantemente otras canciones de su trayectoria. Esto funcionaba especialmente bien porque, por un lado «Abraçaço» es un disco ciertamente interesante pero, sobre todo, porque su intensidad rítmica combina bien con algunos de sus clásicos más relajados. De esa manera, el concierto se abría con una contundente ‘A Bossa Nova É Foda’ con un Caetano netamente rockero para, acto seguido, pasar a ‘Coração Vagabundo’ -aquella preciosa canción que abría su primer álbum -junto a Gal Costa- en una interpretación delicada y magistral.

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Esta oscilación entre la fuerza y la suavidad, entre las canciones dominadas por el ritmo y aquellas que se dejaban llevar por la melodía, fue constante durante todo el concierto. Para ello, fue fundamental su banda de acompañamiento, un joven power-trío más que solvente -aunque por momentos excesivamente virtuoso- que era capaz de mutar su sonido con maestría para ser capaces de pasar en pocos minutos de la psicodelia de ‘Funk Melódico’ a la candidez de ‘O Leaonzinho’.

guitar

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Pero, por encima de todo, el concierto contó con la gran figura del propio Caetano Veloso. Siempre elegante, demostró su inmensa valía no solo como compositor sino también como intérprete: sentido, expresivo, comunicativo. Y en una buena forma física de la cual casi se podría decir que alardeaba.

Se mostró siempre agradecido con el público, al que le ofreció -al comienzo del bis- su versión de la ‘Tonada de luna llena’ de Simón Díaz (que algunos recordarán de la banda sonora de «La flor de mi secreto»). Sin embargo, con lo que se vino arriba la mayoría del público -comunidad brasileña pero también tropicalistas de adopción- fue con las últimas canciones del repertorio, como la también cinematográfica y arrolladora ‘A Luz De Tieta’.

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Al final, una sensación de que -sí, efectivamente- esto no es como ver a Caetano Veloso cantando en un parque de Londres en la plenitud de su carrera. Esto no deja de ser un espectáculo muy ensayado y controlado a todos los niveles. Pero eso no quita que sea un buen espectáculo, bien planteado, con una gran selección de canciones y -por encima de todo- con una gran estrella que se niega a dejar de brillar. 8.

Caetano Veloso actúa hoy sábado 31 dentro del programa del Primavera Sound.

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