Recycled J venía siendo uno de los numerosos nombres que están refrescando la escena del pop nacional basándose en hip hop, trap, R&B, reggaeton… toda esa batería de ritmos sacados de la cultura de la calle. Jorge Escorial, que así se llama este chico criado en el célebre barrio madrileño de Carabanchel, se viene distinguiendo además por tener un buen ojo para los estribillos y, además, no rehuir una temática emocional que le valía ser tildado por algunos en la escena de sensiblero, de blando –cabe aquí recordar el estupendo alegato que sobre este asunto lanzaba James Blake el pasado fin de semana–.
Él ya se cobró su venganza con una estratagema urdida en Instagram y culminada con el clip de ‘Valga la pena’, en el que aparecía llorando falsamente. El título de ‘Oro Rosa’, su disco/mixtape más importante hasta la fecha, era otro guiño de aprobación a esa visión que muestra su cercanía a colegas como Rels B o One Path.
Tras ese punto álgido, Recycled J parece no conformarse con nutrir la retaguardia del movimiento y este 2018 quiere dar un paso adelante. Tras un tema semi-experimental como ‘Baby Lucifer’, sorprendía después con ‘Bacon & Queso’, un tema de funk ochentero “autotuneado” (no tan alejado del último Bruno Mars) que ya mostraba que no le asusta el pop en su versión más amplia. Sin embargo, el tema con el que podría romper esa barrera definitivamente y colocarse en primera fila es ‘Aunque digan que yo’, un single estrenado el viernes y que, con su vídeo filmado en las calles de México DF, está ascendiendo entre los temas más virales de Youtube en España (el necesario termómetro de esta corriente musical).
Este nuevo single es un “mic-drop” en toda regla: producido por Selecta basándose en un popular tema de Don Omar y Tego Calderón (‘Bandolero’), es un trallazo de hip pop en el que J canta con tanta rabia y soltura como rapea una letra de autoafirmación en la que alude a las burlas por mostrar sus sentimientos (“Aunque digan que yo soy un fracasao, soy un perdedor (…), soy rosa algodón, soy un maricón”). Y devuelve ese odio gratuito y furibundo (“aunque hablen mierda sé que el tiempo a todos pone en su lugar”) convirtiendo esa supuesta debilidad en su fuerza, lo que le distingue y le eleva. Encaramado en lo alto de su poderosa base, Recycled J se marca una melodramática retahíla “yoísta” a lo Raphael, con un punto folclórico y una misteriosa cita a “Ana Torroja”. ‘Aunque digan que yo’ está llamada a ser un punto de inflexión en la carrera de Recycled J, claramente.