Electro, pop y unas fans del Octopus


Foto robada de El Mundo

Saint Etienne: A las 22 del sábado 18 estaba programado el concierto de Saint Etienne en el Fima. A las 21.55 sólo había unas 30 personas en una desolada Plaza de Toros demostrando, una vez más, el gran gafe de este grupo. El concierto se retrasó unos 40 minutos, por lo que al menos puede decirse que el recinto se fue llenando poco a poco, y finalmente el grupo fue bien recibido.

Hacía muchos años que no los veía en directo y esperaba a una Sarah Cracknell, a juzgar por lo que se intuía en las últimas fotos, algo entrada en años y en carnes. Nada más lejos de la realidad. Sarah está guapísima, jovencísima y delgadísima. Además, estaba muy graciosa bailando como una guiri de desmelene en Torrevieja. Chica, cambia de fotógrafo pero ya. Ellos nunca han sido especialmente brillantes en directo, le dan tanta importancia a las guitarras como a los sintetizadores, de manera que sus canciones más electrónicas no suenan con suficiente contundencia, pero el repertorio no falló. Dieron de lado el último disco (ni siquiera sonó ‘Side streets’) más que probablemente por el ambiente techno del festival, decantándose por grandes clásicos como ‘Sylvie’, ‘Nothing can stop us’, ‘Action’, ‘Don’t back down’, ‘Like a motorway’ o incluso ‘He’s on the phone’ para cerrar. Sólo unos pocos colgados de las primeras filas las conocíamos, así que un poco coitus interruptus, pero bien. Del último sonaron ‘A good thing’ un pelín ralentizada, ‘Stars above us’, posiblemente el mejor momento del concierto, ‘Lightning strikes twice’, ‘Last orders for Gary Stead’ y un tema de la edición americana, ‘Oh my’. Fans de Saint Etienne, en breve tendréis una sorpresa en este blog. 8 Supervago

Karl Bartos: Karl Bartos fue miembro de Kraftwerk desde 1975 a 1991. Participó en la composición de discos como ‘Man Machine’, pero en los primeros, no. Con una puesta en escena muy similar a la del grupo (3 hombres con varios macs en la primera línea del escenario y proyecciones tecnológicas de fondo), arrancó con unas canciones desconocidas de techno con tintes electro que ni fu ni fa. Pero a medida que avanzaba el concierto, te ibas quedando con la boca abierta por lo que iba sonando. ‘The Telephone Call’, ‘The model’, ‘Tour de France’… un montón de clásicos de esos que, como en los conciertos de Kraftwerk, no te puedes creer que estés escuchando en vivo por sus autores. Sus temas en solitario, como ‘Life’, tan New Order, tenían también su aquel. No sé qué opinarán los fundadores de Kraftwerk de él, pero teniendo en cuenta que me quedé dormido durante la sesión de Todd Terry, sólo puedo decir que por lo menos daba morbo su actuación. 8 Supervago

Versus: Rinôçerôse

Rinôçerôse Sí

Este atractivo dúo francés supo muy bien unir guitarras muy rockeras con ritmos electrónicos y conseguir al final ofrecer un exitoso concierto donde la gente (drogada o no) no paró de bailar desde la primera canción, a pesar de que el 90% del público del Fima no conociese ni un tema. Aunque los invitados que el grupo llevaba para el show (sí, el heavy de la litrona y «la peluca bailona») no eran sus platos fuertes, ni muchísimo menos, lo cierto es que lograron que la afición que básicamente buscaba techno duro, «maquineta» y lucecitas especiales aceptase de muy buen grado la energía de las guitarras. El repertorio que tocaron y el sonido conseguido fue bastante acertado y enganchaba fácilmente. Tampoco olvidemos el buen rollo que proyectaban y que Jean-Philippe Freu nos presentó a su compañera, Patrice Carrié, y a todo el equipo que llevaban uno por uno, aparte de dar las gracias constantemente, con un encantador acento. Mientras, el público, por medio de saltos y manos arriba mostraba disfrutar plenamente del espectáculo. Hasta el heavy tatuado, subido en las vallas, tuvo su contacto físico con la primera fila. 7

Elena

Rinôçerôse No

Macarrismo en estado puro. Así podríamos definir la propuesta de Rinôçerôse en el León Arena. Con una puesta en escena pretendida o pretenciosamente «cool» que poco tenía que ver con la agresividad de los vocalistas invitados, Rinôçerôse presentaron los temas de ‘Schizophonia’ con buen sonido y éxito popular, pero poniendo sobre la mesa la incoherencia de su sonido. ¿Qué tiene que ver el glam con el disco, el funky con el jevi? Una poquita de allí y una poquita de allí, y mucho de nada. En definitiva, la típica propuesta resultona para un público que va hasta el culo de alcohol y drogas, pero al que en realidad le interesan muy poco la música y las canciones. Por si fuera poco, en el bis repiten uno de sus temas, ‘Bitch’, cantado por el irritante cantante del pelo a lo afro y voz en semifalsete. Un cero en elegancia. 3 Supervago

La anécdota Octopus: Parece ser que parte del público del Fima no supo olvidar este fin de semana su paraíso terrenal, el Octopus. Este descubrimiento fue fruto de una visita a los servicios de la Plaza de Toros, donde tu única intención es orinar, y mientras esperas la cola, fíjate de lo que te enteras. Como unas seis féminas que no se conocían entre sí y que para mi sorpresa no tenían una indumentaria muy bakala, estaban todas muy arrepentidas de haber «soltado» veinte euros por la entrada del sábado por la noche (Saint Etienne, Karl Bartos) ya que esperaban una especie de after imparable con mucho, mucho house. Las nostálgicas hicieron puesta en común sobre la genialidad del Octopus (macrodiscoteca principalmente dedicada al house ubicada en Pontecesures, cerca de Santiago de Compostela, Vigo y Pontevedra), de los maravillosos dj’s que pinchan allí y sobre las altas horas que cada una era capaz de aguantar. Moraleja: infórmate de en qué inviertes tu dinero. 0 Elena

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