Bestsellers en moda: ahora o nunca

Cada temporada, las grandes cadenas de ropa descubren en la pasarela piezas que consideran más comerciales, las copian o adaptan a sus calidades y hala, ya las tenemos en las tiendas para adquirirlas todos los curritos. Ésos son los bestsellers que se termina comprando hasta el más pardillo: son interesantes, baratos, quedan bien, pareces moderno y hace un año ya se lo habías visto puesto puesto a Chloé Sevigny. Pero claro, todo lo que tocan H(ambre)&M(iseria) y Zara se convierte en barriobajero a los tres meses, por lo que una vez que se divisa una prenda de ésas en sus estanterías hay que comprársela rápidamente para, una vez terminada la temporada, hacerla trapos. Así de efímera es la moda, pero más con estas piezas estrella. Creo que estoy en condiciones de predecir cuáles son los bestsellers de esta temporada, los «ahora o nunca» que hay que comprarse antes de que sufran una macarrización total. Sobra decir que hay que comprárselos en una gran y barata cadena, dado que en poco tiempo serán pasto de la ropa de estar por casa…

– Las rayas bicolor horizontales no sobrevivirán al próximo otoño/invierno. Alex Kapranos las popularizó y H&M la ha vendido hasta la saciedad. Hasta los bakalas se atreven con estos jerseicillos baratos tan apañados. En menos de seis meses sólo los llevarán ellos.

– El trench no es algo nuevo, ni mucho menos, pero las últimas colecciones de Burberry Prorsum los acercaron discretamente al gran público, hasta que Zara y Mango lo plagiaron hasta la saciedad. Ahora las señoras de mi barrio van tan dignas con su trench y su chándal debajo. Le queda muy poquito tiempo de vida.

– Las bermudas llegaron tímidamente hace dos veranos y muchos se las tomaron como una reminiscencia horrible de los años ’80. Pronto Kate Moss se las calzó y ya todo el mundo quería unas. La eclosión bermudil la vivimos este invierno, y este verano repite. Yo creo que ya para el próximo invierno habrá que ponérselas una vez al mes y cuando no tienes otros pantalones limpios.

– Todas pensamos que qué mono era el bolero, qué elegante hacía y cómo nos recordaba a Audrey Hepburn. En Top Shop los hay de todos los colores, tejidos, formas, largos y anchos. Lo mismo en el resto de las cadenas más baratas, incluyendo Strafalarius y Bershka, de ahí que todas las treceañeras maquilladas como puertas hayan encontrado también en ellos una prenda fetiche. Después de este verano convendría reciclarlos.

– Arriesgada como la que más, la falda globo nos se ha visto mucho en su versión original y más elegante, por debajo de la rodilla, pero la vulgarizada (es decir, mini) se ha visto en exceso. Además todas las tiendas las han sacado tiradas de precio y con unos estampados y colores que atraen al público juvenil como moscas: topos, fuxias, rayas, flores… O es negra y larga o yo ya no me la pondría más que para la piscina.

– A mí me parece algo muy democrático que Los Guerrilleros haya sacado su versión de las bailarinas de toda la vida a doce euros. Ya está bien de tacones imposibles y de acabados en punta que dejan oprimen los dedos de los pies. Lo que pasa es que ha habido una explosión de bailarinas doradas -las más interesantes- hasta en las señoras de cincuenta años que las están relegando a un calzado cualquiera de diario. Es una pena, pero su comodidad las ha convertido en los zapatos más deseados por todas. Les auguro poca vida más.

– En España no se ha visto mucho, pero H&M ya lleva un par de temporadas intentando colarnos el sombrerito porkpie que tanto lleva Pete Doherty. Yo ya se lo he visto a los modernos de pega que pululan por la calle Fuencarral sin más oficio ni beneficio que pasearse por ella, y poco más, así que vista la aceptación de este accesorio, mejor prescindir de él.

– A pesar de la encendida defensa que he hecho del pantalón pitillo, creo que a partir del próximo invierno se empezarán a llevar los cortes más rectos y menos ajustados, tanto para hombre como para mujer. No vuelve la campana, gracias a Dior, pero sí que se ensancharán un poquito las perneras. Este verano es una de las últimas oportunidades de llevar pitillo.

– Este invierno nos hemos hartado de ver estos chalecos militares hasta en la sopa, y me da la impresión de que no pasan del verano. Zara y Mango nos bombardearon con chaquetas y chalecos de este tipo esta pasada temporada, y ya huelen un poco. Han sido bonitos, pero el próximo invierno yo ya los guardaría para dentro de diez años, que seguro que vuelven.

– Con lo bonitas que son las gafas de sol de pasta, ¿quién necesita unas con una pantalla gigante? Primero fueron territorio exclusivo de las folclóricas españolas, pero después otras famosas tipo Victoria Beckham o Belén Esteban se dieron cuenta de que eran maravillosas para ocultar las secuelas faciales de su extrema delgadez. Ahora vuelven la gafas de pasta de diseño retro, y la estrella es la montura en blanco. Las gafas de pantalla tienen las horas contadas.
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Publicado por
Patata