El pasado sábado algunos miembros de JE NE SAIS POP tuvimos la suerte de poder estar en el concierto de Corazón y La Casa Azul en una abarrotada sala Sol. Llegué con la actuación de Corazón ya empezada, mientras una multitud de personas se agolpaba a la puerta de la sala casi suplicando al taquillero una entrada.
No puedo decir que Corazón sea mi grupo favorito pero sí hay algunas canciones que me gustan mucho y tenía ganas de verles. Pero resultó que la actuación que vi fue prácticamente igual que cuando fueron teloneros de Nosoträsh en diciembre de 2005, así que no me sorprendieron mucho. La ejecución de su repertorio fue prácticamente igual que aquella vez. Podría destacar ‘Maria del Mar’, ‘Padova’ y las risas que nos echamos con la predecible letra de ‘Jugando con el corazón’. El momento estrella de Corazón fue la versión de ‘Un muchacho formal’ de Rocío Dúrcal, probablemente la mejor de su noche. Simplemente fantástica.
Y por fin llegó el ansiado momento de La Casa Azul. Guille Milkyway apareció solo en el escenario. Y llegó pisando fuerte, abriendo el concierto con ‘Superguay’. Un público realmente entregado hacía todas las voces, las principales, las secundarias, todas… Hasta el punto en que prácticamente no se oía la voz de nuestro artista. Poco a poco Guille consiguió relajar a la masa con versiones más tranquilas de sus movidos hits. Emocionantes fueron ‘Galletas’ o ‘Ces’t fini’. Y aunque quizá la gente parara de moverse y saltar de forma tan enloquecida no pudimos dejar de corear cada tema, palabra a palabra. Volvieron los arreglos discotequeros y con ellos temas como ‘Vamos a volar’ o ‘Como un fan’ Nadie de los presentes podrá negar que nos sorprendimos y disfrutamos como niños con ese sentido y acertado ‘Qué sabe nadie’, original de Manuel Alejandro, popularizado por Raphael. El guiño al peppy
pop, que tan bien encaja con el sonido de La Casa Azul, vino con el ‘I want You Back’ de los Jackson 5.Al acabar el concierto fue entrañable ver a dos sonrientes japonesas, como caídas de la misma Shibuya, que se hacían fotos con la gente. Quise comprar chapas para regalarles a mis amigos ausentes esa noche pero ¡se habían acabado todas! Por casualidades de la vida acabé hablando con Carlos Corazón al que felicité por ‘Un muchacho formal’ e hice mención a mi querida Rocío Dúrcal a la que me hubiera gustado que ellos nombraran en el escenario. Pero no. Un grupito de fondo cantaba a voces ‘Amo a Laura‘.
En fin, qué más podemos decir… Que a mí me faltó ‘Siempre brilla el sol’ (¡con lo que me gusta!), que La Casa Azul es definitivamente un fenómeno fan (hasta los camareros inventaban coreografías), que disfrutamos de un Guille emocionado y agradecido y que, obviando a algunas molestas y maleducadas personas que por alguna extraña razón siempre nos rodean en los conciertos, aquello era para decir «Me quedaría aquí para siempre» y contestar un rotundo «¡pues quedémonos!».