De Radiohead a Thom Yorke

‘The Eraser’ (2006): En la leyenda de las críticas del antiguo Tentaciones había un nivel de calificación que me encantaba: «2 estrellas = sólo para fans». Nada puede definir mejor el disco en solitario de Thom Yorke, que sigue la línea minimalista de los últimos trabajos de Radiohead. Sobre bases planas y lineales, que sólo al final de la canción varían en lo que parece una búsqueda comedida pero artificiosa de provocar algún tipo de emoción en el oyente, Thom sigue hablando de entrar, salir, huir, intentar ser feliz y no conseguirlo y superar o no el pasado. Aunque con menos efectismos y también peores resultados que otras veces. El vago estribillo de ‘Black Swan’, el piano de ‘Analyse’ o la angustia precipitada pero contenida de ‘The Clock’ se encuentran entre los momentos favoritos de unos fans que ya están poniendo dieces al proyecto. Los menos fans ya llaman a ‘The Eraser’ «las caras B de ‘HTTT’. Un disco que la gente de a pie va a oír muy, muy poquito. 4

‘Pablo Honey’ (1993): 1988, unos estudiantes de la Universidad de Oxford deciden formar un grupo primero llamado On a Friday y posteriormente Radiohead. Su sonido post-grunge les hace ser ignorados por los medios de las islas británicas, pero bastante alabados en América, donde curiosamente siempre se ha recibido con reservas a los grupos europeos. ‘Creep’ es un gran éxito underground, boca a oreja y apoyo de las emisoras alternativas mediante, y se covierte en un inmediato himno generacional gracias a su estribillo «Soy un arrastrado / soy un bicho raro / ¿qué coño estoy haciendo aquí? / este no es mi sitio» y a una de las mejores explosiones guitarreras de los 90. Muchos ven en ellos «one hit wonders» y bien es verdad que el segundo single ‘Anyone can play guitar’, sin estar mal, no llega a la altura de ‘Creep’. Pero hay mejores joyas en ‘Pablo Honey’: la nerviosa ‘You’, la escalofriante ‘Stop whispering’, la preciosa ‘Thinking about you’, la desolada ‘Lurgee’ y sobre todo la tensa ‘Blow out’. 8
‘The Bends’ (1995): La ambición y creatividad de Radiohead se van materializando en su segundo disco, con una producción bastante más compleja. Sin embargo, más allá de la perfecta conjunción entre guitarras y electrónica en temas como ‘Planet Telex’, más allá de singles, vídeos y letras tan redondos como ‘Just’, están las canciones. Y vaya canciones. ‘Street Spirit (Fade Out)’, con esos «cascarones rotos / pájaros muertos / que gritan mientras luchan por sobrevivir» y la frustración y la irrealidad de ‘Fake plastic trees’ conforman dos de mis temas favoritos de siempre. Muy cerquita, ‘(Nice Dream)’ o ‘My iron lung’, que saldría como cabeza de un EP con canciones inéditas. 9.
‘OK Computer’ (1997): Radiohead no son, desde luego, el primer grupo que fusiona rock y electrónica, pero probablemente sí sean los que lo hacen de forma más emocionante. ‘OK Computer’, considerado por decenas de encuestas el mejor disco de la historia (algo un poco exagerado, pero bueno) es una obra maestra de principio a fin por muchos motivos: su primer single, ‘Paranoid Android’, un despropósito de 6 minutos en 3 movimientos, a cual de todos más angustioso o inquisidor; el nihilismo de ‘Let Down’, una modernización de la temática ‘Creep’, que constituye probablemente la mejor canción de toda su carrera, la «modernez» de ‘Fitter Happier’ frente a la desnudez de ‘Exit music (for a film)’, la sutileza de sus críticas al sistema en canciones como ‘Karma Police’ o ‘No surprises’ o la emocionate despedida de ‘Lucky’ y ‘The Tourist’. Hoy siguen saliendo discos y grupos que están bien, pero creo que nunca he vuelto a disfrutar tanto de un disco como de éste aquel otoño de 1997 en que me lo compré, cuando era poco menos que un ritual escucharlo todas la noches en mi cuarto. Todavía me sé todas las letras, algo que hoy se ha perdido. Sin duda uno de los grupos y los discos que más me hizo amar la música en el instituto. 10
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‘Kid A’ (2000): Cuando todas las críticas te apuntan como lo mejor no ya de los 90 sino de la historia, ¿qué puedes hacer? Radiohead evitan un ‘OK computer parte 2’, por supuesto reniegan del guitarreo de sus inicios y dan un paso más hacia los sonidos de Aphex Twin o Autechre. Hay menos canciones (¡ese ‘Treefingers’!), pero todavía ‘Idioteque’ o ‘Everything in its right place’ desesperan o derriten a cualquiera. Lo malo es que el grupo, desde su falta de pretenciosidad, empieza precisamente a sonar demasiado pretencioso. Y su desinterés por lanzar un single, por ejemplo, termina convertido en una estrategia de márketing que funciona a la perfección. El disco alcanza el número 1 americano. Un sueño casi inalcanzable para un grupo europeo. 8.
‘Amnesiac’ (2001): Yo creo que no puede ser verdad, pero juraría que hubo un día en que se promocionó este disco como «un regreso a los Radiohead de antes de ‘Kid A’, a los singles, a las guitarras». Vídeos hubo, ‘Pyramid Song’ y ‘Knives out’, pero el sonido es continuista respecto a ‘Kid A’ más que otra cosa. Lo que hacen Radiohead en estos tiempos está bien, pero no es tan emocionante como antes… salvo para los que se encierran a escuchar sus canciones 300 veces, claro. Entre tanta necesidad de ser «raros y diferentes», de las que sólo recuerdo con cariño ‘Packt like sardines’, me quedo con la tontísima ‘You and whose army’. 7.
‘Hail to the thief’ (2003): El hasta ahora último disco de estudio de Radiohead confirma el camino seguido por el grupo en el nuevo siglo: el minimalismo electrónico sigue vistiendo sus angustias por el mundo, sus discos contienen 3 ó 4 canciones destacables y el resto ni fu ni fa, tienen una buena tropa de fans que les hace alcanzar los primeros puestas de las listas de todo el mundo durante las primeras semanas antes de caer a velocidades vertiginosas, pero, como demuestran programas como Last FM, la gente lo que escucha son las canciones viejas. Por destacar algunas, ‘2+2=5’, ‘Sit down, stand up’, ‘A wolf at the door’ y ‘I will’. 6
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Publicado por
Sebas E. Alonso