Y es cierto que el disco, llamado ‘Lunático’, corría un más que probable riesgo de convertirse en música de ascensor o de cafetería cool, perdón, trendy. Sin embargo, los miembros del grupo -Philippe Cohen Solal (DJ francés), Cristoph H. Müller (músico suizo) y Eduardo Makaroff (intérprete argentino)- se desmarcan de ese tipo de música, en cierto modo gracias al toque especial que le dan al disco las numerosas colaboraciones de cantantes de tango (Jimi Santos, Cristina Villalonga), que ponen su granito de arena dando un poco de vida a esa mezcla entre tango, jazz y electrónica que conforma este segundo disco.
El álbum, a mi parecer un poco irregular, tiene temazos como ‘Amor Porteño’, ‘Celos’, ‘Criminal’ o el tango electrónico rapeado ‘Mi confesión’. En su contra están las que terminarán siendo comidilla del recopilatorio de Café del Mar (‘Notas’) o las aburridas e inexplicables ‘Arrabal’ y ‘París, Texas’. Aun así, merece una escucha, porque engancha bastante y, en algunos momentos, recuerda a ese disco tan especial que es ‘Romance’ de Humanoid. 6,5.