Scarlett, no sólo apareció más guapa que nunca y quizá algo más delgada (yo siempre he sido muy fan de sus redondeces, la verdad) sino que eligió un leve maquillaje muy adecuado para la hora del día y llevaba el pelo todo lo natural que el tinte rubio te permite. Pero lo más llamativo es el atuendo, tan favorecedor como poco artificioso, aunque ella y su estilista lo habrán calculado todo minuciosamente. Sin duda, el resultado es inmejorable. El jersey yo diría que es de Missoni por el dibujo retro, y lo que más me gusta es la manga tres cuartos, que le da aspecto de chica distinguida y formal. Los shorts negros nos recuerdan que Scarlett es una chica de sólo veintidós años, que se puede permitir esos lujos de ir con las piernas al aire. Por último, las manoletinas negras planas y sin aderezos ni florituras son una última muestra de sencillez, rematando un modelo que viene a decir algo así como «mirad, yo ya sé que voy divina a todas partes, no necesito ir forrada de oros y chaneles». Y así es cómo Scarlett Johansson es una de las personas mejores vestidas del mundo y no las que dice la revista People.