Bruce LaBruce

Desde hoy y hasta el próximo domingo se celebra el Festival de Cine Erótico de Barcelona en L’Hospitalet de Llobregat, precioso pueblo en el que solía pasar las vacaciones de verano de pequeño. Entre actuaciones en directo, strippers y performances de sexo en vivo, y cancelado el homenaje a Luis García Berlanga por razones de salud, destacaría la presencia de Bruce LaBruce, y no precisamente por pertenecer a la sección gay (Heatgay)…

Las películas de Bruce LaBruce podrían catalogarse como «queer», ya que mezclan lo gay (en este caso porno, con algún ramalazo hetero) con la reivindicación (en este caso anti-machista, anti-capitalista, etc). Más concretamente se considera a Bruce uno de los precursores del «homocore» o «queercore», un movimiento surgido a mediados de los 80 que rechazaba las reglas sociales, luchaba contra la homofobia imperante en la sociedad y criticaba la ideología skin-head desde el propio uso y admiración de su estética. Por supuesto rechazaba la estética gay «estándar».

Hace poco tuve la oportunidad de ver una de las películas que se proyectan en el festival, ‘The Raspberry Reich’, y la verdad es que me encantó. No es desde luego nada buena: ni esos recursos tan alternativos del «cine independiente» que presume utilizar están bien explotados, ni los guiones son buenos ni nada de nada. Simplemente, como película porno, en tanto que tiene planteamiento, nudo y desenlace y actores más que guapos, atractivos, funciona. Más si tenemos en cuenta que Hidden Cameras

aparecen en la banda sonora (seguro que están encantados).

Se cuenta la historia de una banda de «terroristas» en Berlín que pretende luchar contra el capitalismo homosexualizando el mundo. O algo así. Para llevar esta parida a cabo el grupo decide secuestrar al hijo de un empresario y obligarle a mantener relaciones homosexuales grabadas con cámara de vídeo, para luego enviar las cintas a su padre. El problema es que el chico resulta ser gay…

El argumento, por hilarante, debería tomarse como la mamarrachada que es, aunque habrá gente (quizá una inmensa mayoría) a la que el discurso chirríe por demagógico o sumamente ofensivo, especialmente porque esas pistolas que aparecen como un juguete sexual, pueden ser vistas como una apología de terrorismo, en lugar de como la simple provocación que, en mi opinión, son. Políticamente incorrecto sin fondo o director de culto, Bruce LaBruce es uno de los protagonistas absolutos de esta edición del FICEB, con una exposición, una retrospectiva y la proyección de películas como ‘Hustler White’, ‘Skin Flich’, ‘Super 8 y 1/2’. Más información en la web oficial.

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Publicado por
Sebas E. Alonso