Sin embargo, cuando llegué a casa y me puse a escuchar los escasos 26 minutos que dura el disco, estuve más que dispuesto a comerme todos y cada uno de los improperios que había lanzado contra Iván. De hecho, todavía no me he recuperado del shock después de escuchar este discazo. Y digo discazo con todas las letras porque, si bien en casi todos los discos del mundo encontramos temas prescindibles, es algo que no sucede en ‘Las siete y media’. Además de tener una portada preciosa, los ocho cortes son un bárbaro ejercicio de coherencia, trabajo y savoir faire
musical tanto en letras como en composición, melodía y producción. Por un lado es cierto que Iván parece volver a un sonido más Piratas, a utilizar más sintetizadores y guitarras eléctricas; pero por otro conserva una parte que es realmente suya. No sé qué tiene este disco, pero es más que recomendable, y canciones como ‘Tristeza’, ‘Piensa en frío’ o ‘Días azules’ son realmente imprescindibles. Si lo veis en la tienda y erais fans de Los Piratas o de Iván en solitario, no os lo penséis dos veces. 8,5.