‘We’re the Pet Shop Boys’, cuyo estribillo canta Neil Tennant, escrito por My Robot Friend y con menciones a ‘Suburbia’, ‘It’s a sin’ y otros hits del grupo, podría haber sido un gran himno, pero se queda en una, de nuevo, simpática anécdota que, como canción, ni se pega, ni se baila y a duras penas se deja escuchar. También es fallido el homenaje a Madonna. O mejor diríamos el principal homenaje a Madonna del disco, porque hay varios. ‘She’s Madonna’ no es el melódico medio tiempo prometido, sino una canción que incluso después de varias escuchas, es imposible recordar. Como ‘The 80’s’ y ‘The 90’s, otros temas prometedores por su título, el último sobre la separación de Take That, que pasan sin pena ni gloria.
Mención aparte merece el tema de las versiones. La de ‘Kiss me’ de Stephen Duffy y ‘Louise’ de Human League están bien, ¿pero realmente no bastaba con dejarlas como caras B? Y peor suerte corre ‘Bongo Bong / Je ne t’aime plus’ de Manu Chao, que llega al sacrilegio, aburrido e interminable… Por cierto, ¿’Dickhead’ no es una versión de Justin Timberlake? Como en su caso, terminamos antes diciendo lo que se salva: la balada (!) ‘Burslem Normals’ y la synthpop ‘The actor’. ¿Y quién demonios quiere tragarse 17 canciones seguidas de Robbie Williams? Yo ni de Madonna. 3.