Lo más reseñable de su atuendo no es ni el sombrerito porkpie a lo Pete Doherty, ni las Adidas, ni siquiera esos elásticos, no pitillos, blancos, sino el rabo que se gasta el menda. Aunque en las fotos no se aprecia en toda su «grandeza», algunos de los asistentes nos han podido confirmar que ahí había una tranca que ni la de Nacho Vidal en Velvetina; y que la observación de esta evidencia era mucho más entretenida que los penosos baños de masas de este sujeto. Inaudito, oigan. Ahora sólo nos quedan algunas preguntas: ¿se trata de 20 centímetros reales o están usando el viejo truco de los calcetines dentro de la ropa interior? ¿Llevarán el móvil en el bolsillo o es que les excita ver al público tanto como a Iggy Pop? A pesar de todo, yo me quedo con el teclista
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