Pese a la decepción inicial, me apetecía profundizar un poco más en el disco, en parte porque viene de donde viene y en parte porque últimamente intento que no sean los prejuicios los que me fastidien algo bueno. Por eso me veo obligado a decir que Fon ha escrito unas letras muy pero que muy buenas para este disco, y que hay algunas que se merecen una mención especial, como ‘Corazón de juguete’ -pese a ese título imposible- o ‘Dosis Pr’.
Por lo demás, encontramos lo que en otros muchos discos de pop: muchísima guitarra, bastante batería y algún que otro sintetizador, más perdido de lo que yo me esperaba. Sin embargo, con este disco me pasa algo muy curioso que hace mucho tiempo que no experimentaba: no me apasiona ni me he puesto a devorarlo como un loco después de comprarlo, pero cada vez que lo escucho me queda el regustillo ese de «llegará un momento en el que este disco se convierta en uno de mis discos imprescindibles», así que le subo un puntito la nota. 7’5