El modus operandi es el siguiente: dos convocatorias totalmente independientes, una para canciones y otra para intérpretes que en ningún caso podrán ir asociados uno a otro. Totalmente de acuerdo con que se exija profesionalidad en los artistas, no es necesario tener disco en el mercado pero sí poder demostrar que se han hecho cositas y se ha actuado en sitios más allá de la ducha (o el andamio). Una vez cerrado el plazo de registro de canciones y artistas la cosa va a ir decidiéndose por votación popular internetera y por decisiones de la organización. Las canciones pasarán a una semifinal y de ahí a una gala en la que serán interpretadas por artistas consagrados (tengo mucha curiosidad por saber quiénes serán). De ahí se pasará a seleccionar cinco únicas canciones que posteriormente serán interpretadas por los cantantes finalistas. Los intérpretes serán elegidos por criterios internos y cantarán en las galas unos minutos de canciones que ellos elijan. Pasarán las fases entre los votos de los espectadores y las decisiones de la organización.
Lo divertido llega cuando empiezo a leer las bases. Una de ellas, en cuanto a la selección de los cantantes, dice:
A aquellos artistas convocados por la organización de MISIÓN EUROVISIÓN para participar en una de las 4 primeras galas de selección, se les pedirá que envíen un playback musical sin voz y en estéreo, del minuto y medio con el que van a participar en la gala de selección. Ese minuto y medio elegido por los candidatos será el que consideren que mejor muestra sus cualidades.
¿Alguien me explica qué es un «playback musical sin voz»? ¿Hay playbacks no musicales? ¿Qué es eso de «sin voz»?
En cuanto a las canciones, entiendo que se pida algo inédito, que la letra no sea malsonante, que no dure más de 3 minutos, etcétera. Pero no acabo de ver claro alguna de las «invitaciones» (así lo llaman) que hacen al compositor a la hora de parir canciones eurovisivas.
¿Onomatopeyas? Sí, yo estoy por reinventar el «cocoguagua» después de leer esto:
Que en la canción aparezcan palabras españolas, universales para cualquier idioma; así como onomatopeyas, estribillos con sílabas que no signifiquen nada pero sean fáciles de recordar… (en Europa no entienden el español y en España no se puede votar nuestra canción).
Claro, si nos fijamos en que nuestras canciones más internacionales contienen en sus letras cosas tan bonitas y estupendas como «aserejé» o «Macarena, aaaaaaay» y que la única vez que España ha ganado este concurso (obviamos el premio compartido de Salomé) el estribillo del tema constaba de una sola y repetitiva sílaba, pues sí, éste es el camino para ganar el certamen.
¿Estribillos en inglés? Otro de los consejos es el incluir un estribillo o algo repetitivo en inglés ya que las canciones que están ganando el Festival son cantadas en inglés. Con esto hasta me cabreo. Seré una purista de las lenguas o seré una rancia anticuada, que también puede ser, pero ¿es que no se puede hacer una buena canción en cualquiera de las lenguas oficiales de nuestro país? ¿qué pinta el inglés en medio de párrafos en otra lengua? Si quieren inglés ¿por qué no hacer una canción entera en inglés? Esas mezclas de mentira me ponen de muy mal humor. Lo ideal y deseable sería escoger una buena canción y una buena puesta en escena independientemente del idioma. Con eso, al final dará igual que esté cantada en japonés o en chino mandarín.
Entonces… ¿qué se quiere? ¿Ganar o conseguir una representación con la que los seguidores de Eurovision nos sintamos felices y orgullos? Por supuesto, abstenerse baladas y letras que puedan ocasionar un conflicto. Y así, al final se presentará la porquería de canción de turno. A mí en Eurovision 2007 me gustaría para España una Bel Divioleta (fue una de las opciones barajadas para la edición de 2006) o La Casa Azul o incluso Antònia Font con su ‘Wa Yeah!’ (anda, si ésta cumple casi todo menos eso ser inédita), se me ocurren muchas opciones. Pero no puede ser, olvidaba que ahora además compositor y cantante van por separado. Y para los que alguna vez se les pasó por la cabeza, que descarten la vaga posiblidad de que el ‘Alta felicidad’ de Lois Casino -pegadizo, empalagoso y algo petardo- pudiera encajar en lo que busca la organización, ;-). Misión Eurovision, ¡misión imposible! Aunque este concurso, no me lo pierdo.