Pero que nadie piense que estamos ante un disco de villancicos. Todas las pistas, incluidas estas dos, siguen las reglas atemporales que el cerebro del grupo, Owen Ashworth, estableció para su proyecto cuatro discos atrás: todas las canciones tenían que ser tristes y tan cortas como fuera posible (el disco dura 30 minutos). Ahora además en ‘Etiquette’ su sonido, aunque minimalista, es más perfecto, y se ha rendido a lo que él llama «euro dance music».
Con varios cantantes invitados, Owen habla sobre amigos abandonados (‘I love Creedence’), cruising (‘Nashville parthenon’) y en definitiva sobre la soledad, de una forma prácticamente obsesiva. Una verdadera delicia, un disco precioso del que me quedo con el paso de ‘Scattered pearls’ a ‘Happy mother’s day’: del día en que bailando en una discoteca rompes el collar que te ha dejado tu madre y cuando se lo cuentas se echa a llorar, al día en que tu madre te deja tirado. Ambas situaciones llenas de dolor y de cierto costumbrismo nerd de lo más emotivo. 8.