Grupos más odiados

Yo no tengo nada contra los triunfitos. Nada a priori, quiero decir. Pero es que este señor, salido de la primera hornada de Operación Triunfo (programa que, he de reconocerlo, he seguido con más o menos tesón todos los años) es inaguantable. Por ahí dicen y comentan que afina fenomenal, como muy poca gente en el mundo. A mí en realidad su calidad vocal me da igual, es simplemente que no puedo soportarle. Ni sus letras, tan manidas y tan malas; ni su forma de cantar; ni su patada al aire; ni su «ehto eh increíble, tío, eh increíble». Y lo de que se corte los rizos en señal de protesta por los niños pobres o no sé qué, me parece la última vuelta de tuerca a un personaje que es casi una caricatura de sí mismo. Personalmente: nunca debería haber salido de su casa, porque nos está atormentando de lo lindo. Farala
Ya desde ‘Canalla’ demostraron sus grandes dotes artísticas. Pero es que hasta ‘Zapatillas’, El Canto del Loco se ha reafirmado en esto de forma exponencial. Yo propondría al autor de esa letra del «garito supermegaguay en el que no me dejan nunca pasar» subir al podio de los más ocurrentes. Eso sin contar con las gloriosas colaboraciones con Hombres G, ‘Por qué no ser amigos’, o el ‘Puede ser’ con su amiguita Amaia Montero (el mundo los cría y luego ya ellos se juntan). Por si no tuviéramos suficiente, su líder, Dani Martín, va de actor por el mundo. Quizá debería dejar de interpretarse a sí mismo y tener un poquito más de personalidad tanto en la vida como en la música. No es cuestión de que tengan un estilo con el que no me identifique o del grado de becerrismo que pueden llegar a demostrar y fomentar entre sus seguidores (que me crispa). Es cuestión de actitud, que ni ética ni creativa ni consecuente. Angèle Leciel
Mira que es raro que un cantante no tenga ni una canción que me guste. Si hasta Whitney Houston ha hecho ‘I wanna dance with somebody’, ‘El guardaespaldas’ y un disco bastante aceptable que se llama ‘My love is your love’. ¿Pero tú qué has hecho, Mimi? Aparte de cantar canciones tristes de amor muerta de la risa, pasearte en patines en uno de los vídeos más odiosos de la historia, hacer el ridículo en una película, llevar prácticamente a la ruina a EMI o vestirte como una morcilla. Entérate, hija, el R&B aburre y tus letras llenas de referencias a marcas tipo Louis Vuitton no te dan el más mínimo glamour. Supervago.

Céline Marie Claudette Dion, también conocida como Celine Dion, es de las pocas cosas en esta vida que tengo completamente atragantadas. Y no es por esos gorgoritos de soprano que espeta y que la gente adora, ni por los baladones para encerrarse en la habitación y sentirse completamente desgraciado, además con razón. Lo peor que tiene de todo son sus fans, siempre al acecho en los lugares más insospechados y dispuestos a confesarte, sin ningún tipo de pudor, que son presidentes del club de fans de la Celina. La persona a la que alguna vez le hayan despertado por la mañana susurrándole a la oreja el ‘My Heart Will Go On’, sabrá de qué estoy hablando. iko
Nunca entenderé por qué alguien tan feo puede tener éxito. Y no me refiero a feo de cara, que lo es, sino a su total falta de sentido estético, que me hace retirar la mirada cada vez que veo una foto suya. Sin duda alguna, nada me repatea más en este mundo que la gorrita, el pendiente de pirata y las patillas XL del líder de los Fitipaldis. Ya puede cantar como los dioses o ser un poeta en sus letras, que no pienso perder un minuto de mi tiempo en molestarme en escuchar nada suyo. Lo siento, pero vivo en el siglo XXI y si algo no me entra por los ojos dudo mucho que lo haga por otro sitio. Además, Fitipaldi es la palabra-coletilla más absurda del diccionario castellano. No soporto que las gentes se llamen Fitipaldi los unos a los otros. Es tan Médico de familia de Emilio Aragón. Vomitivo. ¿Cómo puede esta gente llenar estadios? ¿Cómo? Piscu
No voy a opinar sobre si los componentes de Maná son majos, solidarios, guapos, talentosos, etc. o no, simplemente voy a decir que su música me agota. Y no es criticar por criticar que, por casualidades de la vida, la menda se ha chupado algún que otro álbum enterito y… ¡madre mía! Demasiado sufrimiento por los amoríos y demasiados llantos. ¡Lloricas! Qué canciones más espesas, qué voz más cansina, y disco tras disco, más de lo mismo. Empachosos. Respetable es que los mexicanos rondan ya los 20 años en el panorama musical y que lo suyo habrán currado, pero si no puedo con un grupo, no puedo. Unos tapones, por favor: «En el muelle de San Blas». Elena.
El hecho de que casi me jugase mi integridad física con este post no fue sólo un acto de valentía sino la expresión de lo que realmente siento por ese grupo llamado La Oreja de Van Gogh, aka LOVG y aka La Horega de Ban Jor. Desde su primera aparición en los 40 Principales allá en 1998 ya su nombre me pareció especialmente ridículo por largo, difícil de recordar y pretencioso. La primera escucha fue un horror: una chica chillona y sin resuello a la vez, unas letras ñoñas hasta el punto de sufrir crisis diabéticas con determinadas frases («Por eso esperaba con la carita empapada a que llegaras con rosas, con mil rosas para mí») y unas aspiraciones musicales indies que no llegaban ni a amago. Puaj, pensé, éstos no se van a comer un rosco. Muy al contrario, con su imagen de niños bien (que a mí se me antoja ciertamente nerd
, especialmente el batería) y su sinceridad a la hora de reconocer la poca pericia para tocar los instrumentos (vamos, que en el estudio otros músicos cardan la lana y los orejos se llevan la fama), unido todo ello a la cercanía de sus letras, han conseguido reblandecer los cerebros de millones de jóvenes y no tan jóvenes de España y Latinoamérica. Y así han llegado a 2007 pero con mucho más dinero que en 1998 y dos discos en el mercado vendiéndose como churros, ‘Guapa’ y ‘Más Guapa’. Si querías arroz, dos tazas. Definitivamente, el mundo está loco. Patata.
Alejandro Sanz siempre me pareció un personaje turbio. Nunca supe intuir ni en su extraordinaria figura artística ni en su supuesta gran voz el tan alabado duende flamenco. Hace tiempo que se le apagó la luz como compositor y su pestilente vida privada, salpicada de hijos secretos y confusos amoríos, es hoy más interesante que una trayectoria musical que definitivamente ha descarrilado con su último disco. Sin embargo, insiste en torturarnos con sus colaboraciones tan fatuas con Shakira. No saciado aún, ahora se atreve con la fotografía y el catalán. Mejor podría perderse en una isla con su latina favorita. Hator.
Shakira posee ciertas características que la distinguen de otras cantantas latinas (termino odiado «námber uán») de medio pelamen tipo Thalia o Amparo Sandino, y precisamente son esas características las que más odio. A saber: su bailecito de cadera belly-dance-style (más visto que el hilo gris), su aire de «calidad» de pseudo-alanis-latina (again), sus absurdos vídeos (se llevan la palma el de ‘Don’t Bother’-con esa personificación de amante/coche tuneado, en la que el hombre sin camisa y vaqueros sufre en el lecho de amor el desguace de su auto- y el de ‘Te Dejo Madrid’ -en el que Shakira hace de torito bravo pa que la toree su chulo en el coso-), la tutela de Rick Rubin para triunfar en el mercado norteamericano (Rick, eso no te hacía falta pa’ comer, canalla), esos gallitos horrendos propios de su voz andrógina y, por encima de todo, lo en serio que se toma a sí misma. Caniche.
Los comentarios de Disqus están cargando....
Share
Publicado por
General