Un integrante de JENESAISPOP se coló en el Tren de la Música y en la gala. Si quieres saber lo que pasó, pincha sin rubor a continuación.
La jornada arrancaba pronto, quizás demasiado para alguno que otro que escondía las ojeras de la fiesta de la noche anterior tras sus Ray-Ban. La Orquesta Pinha intentaba desperezar un ambiente gélido en el que los cámaras de algunas televisiones se afanaban inútilmente en el intento de arrancar alguna declaración a los escasos y somnolientos artistas allí presentes.
Renfe había puesto a disposición de artistas, periodistas, amigos y demás fauna un convoy especial bautizado ingeniosamente como el Tren de la Música. Sin embargo, después del trayecto, y para próximas ediciones, deberían plantearse apodarlo como el Tren de la Risa, dadas las sustancias que allí se consumieron y los efectos de la barra libre. El tándem Ferreiro-Deluxe, El Lichis, Teo Cardalda, Soledad Giménez, los miembros del grupo Spam… fueron pocos, pero las televisiones pudieron hacer su trabajo finalmente. A Melendi se le esperaba, pero no apareció. Menos mal.
Una vez allí, descubrimos que la organización había decidido previamente, y con acierto, separar en su alojamiento a artistas finalistas del resto de invitados. La pena es que por ello nos perdimos probablemente la fiesta afterparty de Pereza en el hotel.
En cuanto a la gala, muchísimos ausentes. Ni Alejandro Sanz, ni Fito, ni Calamaro, ni Najwa… La que sí estaba era La China Patino, haciendo gala de su ubicuidad. Y no sabemos si el guión era suyo o simplemente se dedicó a interpretarlo, pero fue la primera de muchos que mostró su berrinche gremial contra la piratería y el mal momento que atraviesa el sector discográfico. Tanta lágrima no contribuyó a refrigerar la calurosa velada que sufrimos en la zona de prensa, donde por momentos se vislumbraron momentos de caos organizativo. Al final, todo salió bien. Si llegan a ofrecer alcohol ya no sé…
Entre los momentos divertidos de la noche: la repetición de la actuación de Fangoria porque les falló el micro en pleno directo; la cordialidad de Bunbury con el mainstream y su sorpresa por llenar dos estadios con el regreso de Héroes; la acertada conducción de la gala por parte de Ángel Ruiz (ya tenemos futuro presentador para los Goya); o las críticas de Serrat al hecho de que se premie por separado a las canciones en catalán (no ganó Antònia Font, lástima), euskera, gallego y asturiano.
Y, por último, abro paso al debate sobre algunos aspectos: la preocupante delgadez de Cristina Llanos y su rotunda afirmación, preguntada acerca del giro musical de Dover, de que simplemente ofrecen lo que el público quiere oír… ¿tendrá razón?