Cleopatra es hija de Pavel Stratan, un conocido cantante de pop rock en Rumanía. A los padres de la niña les han hecho suculentas ofertas para la grabación de un nuevo disco y llevar a su retoño por una gira dentro y fuera de su país, a lo que sus padres se han negado. En las contadas actuaciones que dan, Cleopatra va siempre acompañada de su padre, compositor de los temas del álbum, normalmente a la guitarra. Aunque en el álbum la única que canta las canciones es Cleopatra, en directo su padre se encarga de hacer la mitad de las voces, dándole pie en cada estrofa y evitando así el sobreesfuerzo de la pequeña que, aun así, derrocha energía, simpatía y un saber estar deslumbrante.
El asunto es que estoy enganchadísima al disco. Se trata de una mezcla de pop semiacústico, rozando la canción ligera, con las más diversas pinceladas folclóricas. A diferencia de otros niños cantantes -hablamos casi de bebés a estas edades- Cleopatra no se limita a unas cuantas frases o palabras remezcladas en el estudio. Las canciones cuentan historias y constan de verdaderas parrafadas. El cantar en rumano también llama mucho la atención y dan ganas de hacerse un cursito de iniciación. A pesar de la simpleza de las composiciones, el LP tiene unos cuantos hits indiscutibles que hoy por hoy, necesito oírlos todos los días. Y varias veces. Desde el famoso ‘Ghita’ al villancico ‘Noapte buna!‘, pasando por la curiosa ‘Sansa’ y la pegadiza ‘Numar pan la unu‘. ¡Geniales! Disfrutad a continuación de ‘Ghita’. 8