Ya en su último CD, Kylie mostró un tímido interés por el sonido game boy old skool y Calvin Harris, que también ha trabajado, por ejemplo, con Róisín Murphy, seguramente alimentará esta misma línea.
El disco es algo así: un concepto para una canción («me gustan las chicas», «esto es la industria», «era aceptable en los 80»), se repite una frase todo el rato encima de sintetizadores y bajos electropoperos, y a veces un poco funkys, y pasamos a la siguiente pista. El disco no es la panacea de la modernidad, ni de la sensualidad, ni de la riqueza melódica, pero salvo excepciones como la balada R&B, ‘Love souvenir’, los arreglos tienen su gancho y teniendo en cuenta que el chaval es un moco (tiene 23 años), podríamos estar perfectamente ante el nuevo Stuart Price. ¿Quién se lo iba a decir cuando recientemente abandonó Londres por su Escocia natal porque no le salía trabajo?
Calificación: 6/10
Temas destacados: ‘Acceptable in the 80’s’, ‘Electro Man’, ‘Neon rocks’
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