El verano de Bergman

No quisimos acertar cuando dijimos hace algún tiempo que ‘Sarabanda’ sería la última película de Ingmar Bergman, pero desgraciadamente esta semana la noticia de su muerte nos ha sorprendido mientras estábamos de vacaciones precisamente en Suecia. Bergman ha muerto en la isla de Fårö, donde se encontraba retirado, en lo que parecía un ejercicio tan mesurado, calmado y resignado pero a la vez tan doloroso como su obra cinematográfica.

Muchas de sus películas pasarán a la historia del cine, como las oscarizadas ‘Fanny y Alexander’, quizá la más conocida; ‘Como en un espejo’ o ‘El manantial de la doncella’, pero si por algo se quedará siempre con nosotros es por su aproximación fascinante a los complicados terrenos de la psique, en especial de las relaciones humanas y matrimoniales, como en ‘Secretos de un matrimonio’, pero también de terrenos tan peregrinos como el drama de un circo, la sexualidad y el erotismo incluso durante los años 50 o la política de la segunda mitad del siglo XX.

Muere, por tanto, no sólo un gran cineasta sino un gran estudioso de la sociedad de nuestro tiempo. Entre su casi decena de hijos y diferentes esposas y amantes conocidas, es imposible no pensar en la que fue su gran actriz fetiche, después guionista y directora, y también madre de una de sus hijas, la gran Liv Ullman, que tristemente ya no podrá defender las obras que él ya no tenía fuerza para sacar adelante, por edad, pereza o depresión.

Ahora es inevitable imaginarle los últimos días (o años) de su vida practicando ese recogimiento de algunos de sus personajes, que trágicamente solía servirles de poco. Al menos nos queda el consuelo de saber que Bergman ha muerto en verano, una estación que en obras como ‘Un verano con Mónica’ representa un pequeño alivio de felicidad entre el dolor imperante. Seguro que su obra, como el cielo en Suecia en una noche de verano, nunca terminará de apagarse.

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Publicado por
Sebas E. Alonso