Entrevista a Souvenir

Hay grupos, nacionales y extranjeros, que bautizan pequeños cambios en su sonido como «evolución». Y hay otros, muy pocos, capaces de tocar palos realmente diversos entre sí y salir airosos del reto. El dúo pamplonés Souvenir es uno de los afortunados. Después de dar varias vueltas sobre la canción francesa, han publicado un disco de electropop que además da una buena lección de elegancia y savoir faire a más de una moderna. Hablamos con Jaime sobre el lanzamiento de ’64’.

Vuestro disco ha recibido críticas positivas en medios internacionales como Stylus Magazine. En este medio os llamaron «el dúo electro Souvenir». ¿Cómo os sienta que ahora se os aplique esta etiqueta?
Pues muy bien, porque en este momento es lo que estamos haciendo y creo que nos define bastante bien, dejando de lado el matiz de que «electro» describe otro tipo de música, yo creo que lo que hemos hecho con este disco es electropop, o tecnopop. En cualquier caso, en general creo que se ha entendido muy bien nuestro giro estilístico y nos sentimos muy cómodos.

¿Con este disco interpretamos que os interesa el lado más ochentero de Gainsbourg o Jacques Dutronc tanto como su lado más melódico?
Aunque cantamos en francés no nos influye la música francesa más que la anglosajona, y en este disco creo que ha sido así más que nunca, así que los 80 de Gainsbourg y Dutronc no nos han marcado mucho. De hecho en el caso de Gainsbourg es su época de decadencia definitiva. Sí que mencionaría a Jacno, Lio, Mylène Farmer, Etienne Daho, Corynne Charby…

¿Fue realmente ’64’ concebido como un disco de baile? En realidad las canciones no son muy desmelenadas, más bien parecen bastante contenidas y elegantes… como para tomar la primera copa en lugar de la última.
Sí, fue concebido como tal. Supongo que depende de lo que necesites para moverte a bailar, es cierto que hay música de baile mucho más cañera. Creo que la explicación es que para este disco me sumergí de forma consciente (y también inconsciente, supongo) en mi experiencia como oyente de tecnopop y música comercial de los 80 cuando era adolescente, y eso ha marcado el sonido de ’64’ bastante. La música de baile ha evolucionado mucho en 25 años y lo que entonces era muy bailable ahora quizá suena un poco más tranqui. Supongo que van por ahí los tiros. En cualquier caso, en directo las canciones suenan muy potentes y la gente baila mucho. Lo curioso es que las nuevas canciones que estamos preparando son mucho más directas y cortantes, más contemporáneas, como iréis viendo en el futuro. De momento en noviembre sacaremos un EP de remezclas para que os toméis la última copa con él ;-)

¿Cuándo es la última vez que salisteis a bailar?
Hace un par de fines de semana, con algunos amigos, fuimos a un sitio llamado Singular Club, un buen sitio para bailar la música que nos gusta. Ponen música pop, electropop, algunas cosas de los 80… lo pasamos muy bien, aunque tengo que decir que yo bailo fatal.

¿En algún caso surgieron primero las canciones con guitarra y luego las adaptasteis?
En el disco hay un poco de todo, pero para componer melodías casi siempre empiezo componiendo con la guitarra, es lo que me resulta más cómodo. Pero mientras trabajas vas buscando algo que suene bien dentro de un arreglo de baile. En otras ocasiones lo hago con el teclado.

Ni vosotros ni Iñaki de Lucas erais conocidos por trabajar en discos tecnopop. ¿Tardasteis mucho tiempo en dar con este nuevo sonido? ¿Qué aportó cada uno?
Con los discos de Souvenir nunca vamos al estudio sin haber grabado antes maquetas muy precisas de cada canción, o sea que el sonido ya viene pensado y decidido desde casa. El objetivo de ir al estudio es hacer que esas maquetas suenen a disco, para lo cual se regraban algunas cosas y sobre todo hacemos la mezcla con un buen equipo. ’64’ ha sido el disco en el que menos ha habido que hacer en el estudio, tan sólo regrabar algunas voces y mezclar. Es decir, fuimos al estudio a acabar el disco, más que a comenzar una grabación.

Una de las principales virtudes de ’64’ es que no sobra absolutamente nada. ¿Os aburren, como a muchos de nosotros, discos interminables con 18 pistas, de las que siempre sobran 8?
Sí, estamos completamente de acuerdo. Un disco de 14 canciones, o incluso de 12, se nos hace cuesta arriba. Yo creo que 10 es el límite para esperar de un disco un control de calidad razonable en las composiciones. Puede haber excepciones en momentos puntuales con artistas en un momento especialmente inspirado, pero no como regla general.

Habéis dicho alguna vez que ‘Cherchez la femme’ no es el punto de partida de este disco. Sin embargo, es sin duda una de vuestras mejores canciones. ¿Realmente nadie nunca os ha pedido que volvierais a hacer algo parecido a ella?
Algunos fans la siguen reclamando en los conciertos, etc. Para mí fue un pequeño experimento en el que no invertimos demasiado esfuerzo compositivo. El motivo orquestal estaba sampleado de un disco viejo, las estrofas eran habladas, con lo cual no había que componer una melodía, y la melodía del estribillo salió muy fácilmente. Quizá lo más difícil fue grabarlo todo con un sintetizador que me acababa de comprar y al que me costó cogerle el tranquillo. Nos apeteció hacer una canción de baile con reminiscencias de los 60 y salió ‘Cherchez la femme’. 4 años después nos embarcamos en ‘64’ con otras cosas en la cabeza.

Los vientos que aparecen en ‘Le temps perdu’ o las cuerdas en ‘Présage de l’hiver’ conforman algunos de los mejores momentos de vuestra discografía. ¿No os daba miedo perder vuestro encanto?
No solemos pensar esas cosas, porque no hay realmente opción cuando crees que una idea o un enfoque se ha agotado. Simplemente no te apetece más ir por esa senda y cambias. Eso es importante cuando tienes un grupo, como lo tenemos nosotros, para pasártelo bien y dar rienda suelta a tus inquietudes. De hecho, con ’64’, si hubo un sentimiento respecto a lo que podría suponer el cambio, no era de temor sino de ganas de realmente romper.

Pocos grupos españoles, o incluso internacionales, han explorado géneros tan diversos como la chanson, tecnopop, 60’s… ¿quizá es esa versatilidad de lo que os sentís más orgullosos?
Sí, la verdad es que estamos satisfechos de haber tocado tantos palos y haberlo hecho dignamente. A veces comentamos que es la consecuencia lógica de tener gustos tan variados, pero la verdad es que no es lo mismo ser aficionado que crear, y poder haber dado ese salto con éxito nos alegra, y creo que tienes razón, pocos grupos lo han hecho. Es un bonito signo de distinción.

¿Alguna vez evolucionaréis a un sonido más rockero como Vive la fête?
No lo sé, de momento estamos afilando la parte más electrónica de nuestra fórmula. Las guitarras creo que seguirán más o menos como están o incluso tenderán a desaparecer.

¿Creéis que en Pamplona, por proximidad, interesa más la cultura francesa que en el resto de España?
No lo creo, desgraciadamente. Nosotros estudiamos en un colegio llamado ‘Centro de Cultura Francesa’ y quizá somos un caso minoritario, pero para ser nuestros vecinos es sorprendente la cantidad de gente de todas las edades que vive aquí y que nunca ha siquiera pasado la frontera. Es una mezcla de, todavía, una cierta francofobia hereditaria, y de desconocimiento del idioma, que hace que a la gente le dé mucho reparo no saber comunicarse. En ese sentido parece que hemos ido para atrás, y es una pena porque la gente del suroeste de Francia es encantadora.

¿Os cuesta mucho escribir o memorizar letras en francés?
Escribirlas es costoso porque nos esforzamos en que no haya incorrecciones de ningún tipo, a fin de cuentas no es nuestro idioma nativo. Ingrid, una amiga belga, siempre les echa un vistazo y me hace sugerencias y correcciones muy valiosas. En cuanto a memorizarlas, Patricia creo que no tiene mayor dificultad.

¿Por qué los grupos alternativos españoles no venden en el extranjero tanto como los suecos o los franceses?
Ah, la pregunta… creo que la razón principal es la falta de calidad general de los grupos españoles, que hace que sea realmente difícil que haya interés desde el exterior. Por desgracia eso perjudica a los grupos buenos, que también los hay. Aparte de eso, la industria independiente está mal en todas partes, pero en España es especialmente precaria. La consecuencia de eso es que los sellos están más preocupados en luchar para no hundirse que para proyectar a sus grupos en el exterior.

La estética de vuestro disco es bastante constructivista. ¿Os ha atraído desde siempre o especialmente desde que Franz Ferdinand volvieran a ponerla de moda?
El encargado de la estética de ’64’ fue Iker Spozio, ya que nos encantaba lo que hacía desde hacía tiempo, ilustraciones intrigantes y con mucho gusto con guiños a las vanguardias europeas o a estéticas posteriores (60s, 70s) pero con mucha personalidad, sin caer en el cliché. La portada que hizo nos encantó, y casa muy bien con un disco electrónico.

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Publicado por
Sebas E. Alonso