La trama fundamental es la siguiente (sin spoilers): Valerie Cherish es una reputada actriz que tuvo una serie de muchísimo éxito en los ochenta. Desde entonces, no ha vuelto a trabajar, y se siente un tanto apartada del show business. Es entonces cuando le proponen empezar una nueva serie, ‘Room and Bored’ y al mismo tiempo, protagonizar un reality sobre su vida diaria y su vuelta a los escenarios. Para ella ésta es la gran oportunidad y acepta inmediatamente, claro está.
Pero no es oro todo lo que reluce. Si bien su papel iba a ser protagonista en la nueva serie, al final su personaje parece no funcionar tan bien como se esperaba, y además de cambiarlo continuamente, lo relegan hasta que terminan convirtiendo su papel en algo meramente anecdótico. Del mismo modo, el resto de los trabajadores de la sitcom no terminan de hacerse con Valerie, que se revela como una auténtica pesada con deseos de ser aceptada por todo el mundo: la gente se la toma a broma constantemente y ella siempre se lo toma todo con una sonrisa. De hecho, esa es la tónica fundamental en su vida, comerse toda su frustración y cambiarla por una sonrisa.
Si hay algo que destacar de esta serie es que, a pesar de basarse en la ridiculización de un personaje, hay momentos en los que no te hace ninguna gracia. Resulta que a diferencia de otras series con la misma temática, tipo ‘Nighty Night’, en ‘The Comeback’, las características del ridiculizado están tan presentes en nuestra vida diaria que en algunos momentos se te pone un nudo en el estómago cuando piensas «jo, pues yo he hecho eso mismo alguna vez». Y es por eso por lo que esta serie es tan graciosa y al mismo tiempo tan amarga. Ahora me queda una pregunta: ¿qué le pasa a la Kudrow con las sitcoms? ¿Tan horrorizada terminó con ‘Friends’? Eso sí, no esperéis un final amargo, porque está de lo más edulcorado. Tan edulcorado que es lo peor de la serie y se ve venir durante todo el capítulo.
Calificación: 7/10
Destacamos: La cara de Lisa Kudrow y la ternura que despierta en esos momentos de «estoy a punto de llorar, pero mejor no, que me están grabando».
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