¿En qué se basa uno para decir esto? Pues simplemente, en el programa de ayer. Allí estaban la pija a la que hicieron bailar con su perro; el cumpleañero despechado; la persona de mediana edad a la que dicen aquello de «oye, que nos has encantado pero no va a poder ser… gracias, ya nos veríamos si eso» cuando en realidad le soltarían en la puta cara «oye, mira, ¿tú no crees que estás un poco mayor para esto?»… Del mismo modo, ya tenemos a la nueva Raquel de Supermodelo, esta vez convertido en bailarín. A Cuatro parece que le ha gustado el juego que dio la madrileña en el ingenioso programa y han decidido que alguien así tiene que estar también dentro. No sabemos si Marcos se caerá en el proceso o no, pero lo de repetir patrones, ¿no es un poco cansino?
En cuanto a los concursantes, están casi todos cortados por el mismo patrón: mucha mecha, mucho peluquero electroduende, mucha tucana, mucha camiseta de tirantes, mucha go-gó de discoteca y mucha choni venida directamente desde el extrarradio con sus mejores oros y pintada con la pistola de maquillaje de Homer Simpson. Los bailes, pues eso: demasiado Kapital, demasiado estilo libre y muy poca técnica, cosa que me sorprendió muchísimo. No sé si es que se están guardando a los talentosos de verdad para el final o qué.
Y cómo no, falta por comentar al jurado. Por favor, a Rafael Méndez que se lo lleven de ahí antes de que siga haciendo el ridículo con sus frases de turno, del tipo «tío, qué energy, esto es mi rollo, yo diría amazing«. ¿Perdón? Pero lo que es mejor aun es lo de que vayan a elegir a un aspirante vía Internet, a través de los vídeos que envíen los participantes. A saber qué sale de ahí.
Calificación: 3/10 (¡por lo menos en Supermodelo te reías!)
Destacamos: Que todavía falta Víctor Ullate Jr. por incorporarse al plantel de jueces, así que igual encarrila eso de alguna manera.
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