Magnetic Fields / Distortion

Dos discos hace un par de temporadas recibieron críticas injustas simplemente por dar continuidad a obras mayúsculas: ‘Cierra la puerta al salir’ de Nosoträsh después de ‘Popemas’, su obra maestra; y ‘I’ de Magnetic Fields después de ’69 Love Songs’, su obra maestra. Estos días me estoy hartando de leer lo irregular o abiertamente malo que era ‘I’; un disco con temazos como ‘I Thought You Were My Boyfriend’, ‘I Don’t Believe You’, ‘If There’s Such A Thing As Love’ o ‘I Was Born’, ahí es nada.

Y lo curioso es que quienes recuerdan este disco tan mal reciben hoy con elogios el nuevo disco conceptual de Magnetic Fields, un tributo a The Jesus & Mary Chain a todas luces innecesario. Con todos mis respetos a The Jesus, cuyo concierto en el Summercase disfrutamos como enanos, no creo que nadie se trague que su carrera sea más interesante que la de Magnetic Fields. ¿Veremos algún día a La Buena Vida rindiendo homenaje en un álbum de estudio al disco bueno de Mecano?

Conceptualmente es mejor olvidarse de la excusa, con mucho más motivo que en ‘I’; dejar de lado también esas referencias a la Navidad en las letras que llegan igualmente muy a destiempo (aunque hay algo muy merrittiano en olvidar el árbol de Navidad puesto) y evaluar las canciones en sí. Los Magnetic Fields ya han tocado la distorsión varias veces a lo largo de su carrera, en el mismo ’69’ sin ir más lejos, y no cuesta tanto esfuerzo atravesar esos «muros-de-sonido» para adentrarse en ellas.

‘Distortion’ se abre de forma bastante poco atractiva con la instrumental ‘Three Way’, que nunca nadie pedirá a gritos en un concierto, y, desde entonces, se divide entre canciones apañadas típicas de Merritt, como ‘Old Fools’ o ‘Mr Mistletoe’, y en medianías, I hate this word part, del tipo ‘Please Stop Dancing’, que si no la oyésemos nunca más no pasaría nada, ¿verdad?

Sin embargo, todo se lo terminamos perdonando a Stephin por los tres temazos seguidos que trae bajo el brazo ‘Distortion’: ‘Too Drunk To Dream’ nos habla sobre encontrar la felicidad en el alcohol («Sober, you’re old and ugly / Shitfaced, who needs a mirror?»), ‘Till The Bitter End’ sobre la entrega decadente hacia una persona («Through time and thomb, and Tim and Tom / Through pro and con, and quid pro quo, and qualm / Through tidal wave and asteroid and bomb / darling, I will love you till the bitter end / and all the bitter moments till then») y ‘I’ll Dream Alone’ sobre sueños que no se cumplen («I’ll dream alone if I must because I guess our little castle in the sky just turned to dust»). Al final nadie se acuerda del concepto que, de hecho, a juzgar por ejemplo por el número de canciones sobre la mujer (‘California Girls’, ‘The Nun’s Lutany’, ‘Courtesans’) podría haber terminado siendo otro. Volviendo a las canciones, que es de lo que se trata cuando hablamos de grandes compositores, no hay tantas buenas como en ‘I’, pero hay suficientes.

Calificación: 7/10
Temas destacados: ‘Too Drunk To Dream’, ‘I’ll Dream Alone’, ‘Till The Bitter End’
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The Jesus & Mary Chain
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Publicado por
Sebas E. Alonso