La fórmula de Sons & Daughters no es compleja: rockabilly con ramalazo punk, distorsión y estribillos con gancho, casi populacheros, que invitan al coro etílico-style. The Cramps, Los Ramones, ya sabéis… Una ecuación que no puede fallar si se acompaña de las canciones adecuadas. Y sí, esta vez es el caso. Y puede que la producción de Bernard Butler (a ver si ahora se va a convertir en el próximo productor de moda…), que saca brillo al sonido de la banda dejando a un lado el tono más siniestro de sus anteriores trabajos, haya aportado su granito de arena. Y eso que las malas lenguas dicen que han acabado tirándose los trastos a la cabeza. El caso es que desde el demoledor inicio con el tremendo single ‘Gilt Complex’, el disco se revela como una auténtica mina de temas con los que hacer pogo, head-banging y sing-along, todo a la vez. Resulta realmente difícil elegir entre ‘Split Lips’, ‘The Nest’, ‘Chains’, ‘Darling’, ‘Flags’, ‘Iodine’, ‘The Bell’, ‘House In My Head’ o ‘Goodbye Service’ (sí, eso es casi todo el disco). Tanta diversión obnubila hasta el punto de pasar por alto que ‘Rebel With The Ghost’ le deba la vida al ‘Send Me A Postcard’ de Shocking Blue o que el intercambio de «Auuuuuh’s» de ‘This Gift’ llegue a ser sonrojante (lo siento, pero me recuerda tanto a aquello de ‘Ojete!!!’…). Este disco es un poco como el chiste del perro ‘Mistetas’: es viejo, sí, pero sigue teniendo mucha gracia.
Calificación: 7,8/10
Temas destacados: ‘Split Lips’, ‘Flags’, ‘The Nest’, ‘House In My Head’
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