La paciencia de Micah

[Foto birlada de la página de Heineken. La hizo Jorge Obón, por lo visto.]

Confieso que fui al concierto pensando que sería a las 21:00 horas (como se anunció en todas partes) y que, de haber sabido que había telonero, quizá me hubiera quedado en casa. Bendita falta de información. The Baltic Sea, una banda sevillana con su primer disco en la calle en Pupilo Records, abrieron para Micah. Recuerdan a bandas de rock intenso. Interesantes cuando se parecen a Elbow o Interpol y planos cuando a Snow Patrol o Doves. El bajista me pareció brutal.

El Micah P. Hinson que salió ayer al escenario de la Sala Heineken en Madrid, todo trajeado, ya no tiene aquella pinta de kosher adolescente de antaño. El Micah de 2008 podría pasar por el Elvis Costello de ‘This Year’s Model’. Micah se acaba de casar hace sólo unos días y, aunque tenga que pasar su luna de miel trabajando (de gira europea presentando ‘…and The Red Empire Orchestra’), ya no está enfadado con el mundo. Ahora es casi amable, muy charlatán, cuenta anécdotas sobre la furgoneta de la gira desvalijada en Sevilla y de lo guay que es que en España los hospitales te repongan tus medicinas robadas sin cobrarte un pavo. Habla sobre su esposa, sobre lo maravillosa que es y la inspiración que ha supuesto para crear su nuevo disco. No se quita la palabra ‘fuck’ de la boca, se maravilla de toda la gente que ha ido a verle y pregunta cuánto hemos pagado por verle. Fuma cigarrillos sin parar, con una boquilla que pone y quita incesantemente.

Micah arranca el show agarrado a una guitarra española con una foto de Ashley Hinson pegada al frente para acometer una espeluznante exhibición de roots folk, acompañado ocasionalmente por Nick Phelps al banjo. El público es bastante respetuoso para lo que es habitual y escucha casi en silencio (con la excepción de un simpático joven que no deja de pedir que toque ‘Patience’). Más tarde, con el público ya en el bolsillo acomete la parte eléctrica del set, con Phelps a la batería y Justin Cope al bajo. Micah toca la guitarra como si quisiera invocar al espíritu de Link Wray. ‘Diggin’ A Grave’ fue espectacular, por ejemplo. Pasa del susurro al rugido en un segundo, dejándote sobrecogido y rendido. Puede ser que sólo sea un tipo hábil manejando al público, pero yo me inclino por pensar que es eso que llaman talento. Micah rompe una cuerda y le dice a la gente que pueden aprovechar para charlar mientras. El tío pesadísimo y maleducado sigue pidiendo ‘Patience’ a gritos. Qué chapa. Micah se incorpora y ataca de nuevo, algo mosqueado. ‘Close Your Eyes’, ‘Drift Off To Sleep’ (quizá mi favorita de la noche), ‘Beneath The Rose’, ‘Seems Almost Impossible’… Alterna lo eléctrico y lo acústico pero su guitarra eléctrica no termina de sonarle bien. Dice que tuvo que comprársela por 200 pavos después de que le robaran la suya y propone hacer una colecta entre el público para comprar otra. Cree que no hemos entendido la broma. Vuelve a romper otra cuerda y tardan un rato en encontrar otra. El tipo de ‘Patience’ vuelve al ataque y Micah le contesta algo casi ininteligible, un poco mosqueado. Acaba el show enrabietado tocando ‘The Day That Texas…’ y ‘It’s Been So Long’. Dice adiós y el público aúlla. La banda regresa y tocan ‘The Day The Volume Won’. Habla con Cope, dice que no suelen hacer esto normalmente y ataca ‘Patience’. Hacia la mitad del tema empieza a hacer un poco el ganso, gritando como si se autoparodiara. Se marcha y parte del público también, dándose por satisfechos con eso. Muchos esperamos y al minuto Micah regresa con la acústica para hacer una canción que dedica a su padre, con el que antes no se hablaba y que ahora toca cada noche para sentirse cerca de él y su familia. Es ‘This Old Guitar’ de John Denver. Da las gracias y parece algo emocionado por los aplausos.8,5

Los comentarios de Disqus están cargando....
Share
Publicado por
Raúl Guillén