El segundo álbum de Kelley Polar comienza con un vocoderizado tema muy espiritual en el sentido Moby-Röyksopp, pasando después al electropop, el acid, el funky o el disco. Muchas canciones tienen el histrionismo del glam y ‘Satellites’ tiene un algo a Roxy Music. Esto al final es bueno. Por ejemplo, aunque ‘Chrysanthemum’ es una copia descarada de Junior Boys (cuya influencia Mike Kelley reconoce abiertamente), sirve para que te des cuenta de que el tipo ha sabido rescatar lo más pasional de todos los estilos musicales afines a sí mismo para hacer un disco con trasfondo. Y esta idea es interesante porque hay gente que aún no tiene claro que la música pasional o sentida pueda venir de la electrónica. Junior Boys tienen uno de los temas más devastadores de los últimos tiempos y ese es un concepto muy evidente en este disco.
Eso sí, las dudas vuelven para quedarse a partir de ‘A Dream In Three Parts’, la típica canción con juegos vocales estilo gorgorito que irritan o todo lo contrario. Después de ella, las cuatro últimas son un tremendo aburrimiento.
Calificación: 7/10
Temas destacados: ‘Entropy Reigns’, ‘Chrysanthemum’, ‘Roseband’
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