Contando con la ayuda para la grabación de Thomas Belhom (de Amor Belhom Duo) a la batería y Dan McKinna (¡The Jeevas!) al bajo, los Tindersticks de 2008 se muestran como la mejor versión posible de sí mismos que podríamos imaginar. ‘The Hungry Saw’ asusta (para bien) en su arranque con cuatro números que vuelan a la altura de sus mejores trabajos. La excepcional, espeluznante ‘Intro’ es un preámbulo maravilloso para que el grupo muestre sin pudor sus influencias básicas en las tres piezas siguientes: el soul dramático de ‘Yesterday Tomorrows’ (llamadme loco, pero no puedo evitar imaginar a Amy cantando esto y la idea me pone), el folk con toques jazzies del Drake más brillante en el single ‘The Flicker Of A Little Girl’ y el folk elegante y triste a partes iguales del gran Tim Hardin en ‘Come Feel The Sun’. Un inicio de quitarse el sombrero. Sin embargo la parte central del disco reduce la euforia: los dos instrumentales ‘E-Type’ y ‘The Organist Entertains’ coquetean con el tedio y rodean la sosegada tristeza de ‘The Other Side Of The World’, evitando que brille. Afortunadamente el álbum recupera el pulso con ‘The Hungry Saw’, la canción, que demuestra que son capaces de recuperar aquella vibrante bohemia de su primer largo y a partir de ahí se van sumando los aciertos con los latigazos eléctricos de la lúgubre ‘Mother Dear’ y la melancólica nana ‘Boobar Come Back To Me’, para culminar majestuosamente con ‘All The Love’ (como una extensión del ‘She’s Gone’ de su segundo álbum) y con uno de sus más resplandecientes y bonitos temas de los últimos años: ‘The Turns We Took’. Redundando en lo que decía antes, asumamos que es difícil esperar de ellos obras maestras del calado de sus dos primeros álbumes y disfrutemos de lo mejor que pueden ofrecer hoy en día, que es mucho: su mejor colección de canciones en esta década.
Calificación: 7,9/10
Temas destacados: ‘Yesterdays Tomorrows’, ‘The Turns We Took’, ‘Intro’, ‘The Hungry Saw’
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