Efectivamente, como concepto, habría sido lo mejor que Sigur Rós siguieran la línea naturista abierta con ‘Gobbledigook’, algo que sólo han hecho tímidamente (y en realidad este tema tampoco es tan lejano a su sonido). La banda ha jugado siempre con los conceptos, especialmente en su álbum ‘()’ y por tanto era esperable que el resto del disco no sonara a lo de siempre. Sin embargo, por encima de coartadas intelectuales sus fans los hemos seguido siempre por su facilidad para expresar pasiones a través de su música. Incluso cuando a veces han sonado demasiado excesivos y pretenciosos.
Por eso este álbum no decepcionará a nadie, porque está lleno de grandes canciones que, aunque suenen a lo de siempre (un par de ellas siguen la línea de la genial ‘Hoppípolla’), terminaremos escuchando muchas más veces que ‘Gobbledigook’. El final de ‘Inní mér syngur vitleysingur’ es celestial y ceremonioso, 100% Sigur Rós, como ‘Við spilum endalaust’. Las baladas no aburren porque ‘Með suð í eyrum’ tiene una línea de piano preciosa e ‘Illgresi’ de guitarra y las dos canciones de nueve minutos tampoco, porque ambas a partir de su mitad, se transforman en himnos inolvidables. En resumen, el disco les cuela totalmente porque lo presenta un single diferente y en el álbum encontrarás lo que en el fondo esperas de Sigur Rós.
Calificación: 8/10
Temas destacados: ‘Festival’ y otras que no me sé los nombres
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