¿Tienes el disco de moda? ¿Seguro?

Todo el mundo se baja discos sin pagar, incluida la prensa. A veces el sello discográfico puede enviar a los periodistas un álbum cuando lleva varias semanas en la calle. ¿Y qué hace una revista mensual hablando de discos que llevan en el mercado dos meses? Es muy común que en las oficinas de las revistas más importantes del mundo suenen cosas como: «hay que entrevistar a tal grupo, bájate el disco» o «ya se ha filtrado el álbum, vamos a hacer la reseña». Sin embargo, muchas veces la copia que bajamos, evaluamos e incluso conservamos para siempre no es la definitiva y de hecho no tiene nada que ver. Pasa todos los días con todo tipo de grupos, aunque el caso más sorprendente ha sucedido con Carla Bruni.

Siempre han estado ahí, pero en las últimas semanas es muy habitual que versiones imperfectas de los discos circulen por Internet. Marcas de agua, bucles insoportabels, pistas que faltan, fade-outs cortados en mitad del fade-out… Los discos de Madonna, Coldplay, Portishead, CSS o Primal Scream han circulado por diversos blogs de mp3 en copias insufribles. Uno se pregunta quién puede poner en circulación estos atentados a los oídos y la respuesta parece obvia: ¿quien sino el propio sello discográfico podría molestarse en distribuir esta tortura para que te veas obligado a comprarte el álbum?

Sin embargo, hay un caso que ha resultado ser de traca. El nuevo disco de Carla Bruni que circula por la red, a pesar de no haber aparecido en rapidshares, megauploads y compañía casi hasta que no estuvo físicamente en las tiendas francesas, no es el disco de Carla Bruni en realidad, sino una compilación de bucles de medio minuto o un minuto, que se extiende hasta conformar la duración original de cada tema. De manera que si además te lo grabas en un CD, Itunes y programas similares te lo reconocen como el disco nuevo de la Bruni. Y esta vez está tan sumamente bien hilvanado que nadie se ha dado cuenta.

Nosotros tampoco, a pesar de que la crítica que escribimos sobre él está escrita en base a la copia física en CD (la autora del post se negó a escribir el post hasta que pudiera echar un ojo al libreto del álbum, gracias a Dios, por esta vez, salvados por los pelos), lo que había colgado en las webs oficiales y la copia mala bajada de por ahí, que apenas se distinguen. Ha sido carlos, un lector, quien nos ha puesto sobre aviso:

Supongo que esta copia con tan mala idea y muy enfocada al público hispanohablante y anglo habrá sido filtrada por la propia casa de discos de la Bruni.

De ser así, felicito a quien se le haya ocurrido (¿la misma Carla? ¿será tan pérfida como dicen?) por dejarnos claras dos cosas:

1. la que supongo que se propone: fomentar el caos en la red, devaluar la calidad y dejar en evidencia a la crítica y a la escucha rápida y volver a darle valor a un disco, a sus textos, a su instrumentación, a su fondo, a su precio.

2. la que no se esperaba: que el disco gusta muestreado, que el pop es tan barato, tan barato, que el «extra» de calidad de la «versión completa» del disco no aporta mucho más. Que que la letra de una canción sean 7 palabras repetidas no importa en absoluto -mientras que molen- que lo mismo hasta es mejor, que para cuando suena el pizzicato de violín final ya tienes claro si la canción te gusta o no.

El debate está abierto. Por un lado podemos valorar si efectivamente, en el mundo del pop importa tan poco la letra de un tema que, aun repitiendo el cantante o la cantante 15 veces lo mismo, ni te des cuenta. ¿Acaso estamos ante una nueva vuelta de tuerca promocional? Después de saber esto, ¿alguien se va a resistir aún a escuchar el disco de la Bruni? Por otro, que escuchamos tantos discos de tantos grupos y a tal velocidad que ya ni importa que tengas un disco y no sea la versión definitiva porque desde luego «el aura de la obra de arte» te la trae floja. Lo importante es que has oído algo y tienes una opinión formulada de ello que ya difícilmente cambiarías ni aunque escuchases la versión buena que, al final, ¿a quién le importa?

Los que somos maniáticos y no soportamos tener una copia imperfecta de un álbum, aunque sea un simple salto o corte en una de las pistas, tenemos un grave problema. En muchas ocasiones (Crystal Castles, Architecture In Helsinki…) hemos escuchado discos en los que algunas de las pistas contenían un pequeño salto. Y cuando nos hemos hecho con nuestras copias, hemos comprobado que esos saltos pertenecían a la copia original. Sin embargo, ¿para cuando lo hemos descubierto ha cambiado en algo nuestra opinión del disco o nos hemos quedado «como si nada»? ¿No es triste que nos dé lo mismo tener un cuadro con un agujero colgado en la pared?

Este post está dedicado a la madre de carlos, que es francesa o bilingüe y llamó a su hijo para decirle que en la copia que le había pasado del disco de la Bruni, la Bruni no paraba de repetir lo mismo.

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Publicado por
Sebas E. Alonso