La Oreja / A las cinco en el Astoria

La Oreja de Van Gogh, sin Amaia, tenían la oportunidad de eliminar todos los defectos de una banda con posibilidades de ser bastante digna. Pero ‘A las cinco en el Astoria’ (el Astoria de Donosti, no el de Madrid) es un disco de La Oreja como otro cualquiera, es decir, mantiene la cursilería, las melodías megapegadizas y los guiños electrónicos. Su mensaje es claro no, clarísimo, y está perfectamente conseguido: Amaia es 100% sustituible y no se nota en absoluto su ausencia porque Leire canta igual para bien o para mal. Diríamos sólo para mal porque no hay quien aguante este nivel de cursilería, pero sí, sí hay quien lo aguante: nos morimos de ganas por conocer los resultados comerciales de este disco, que seguramente serán excelentes.

‘El último vals’ ha sido un triunfo de canción que ya todo el mundo se sabe. Desde hace varias semanas es el tema más radiado en España. Como muchos de los viejos éxitos de La Oreja, en unos momentos pone los pelos de punta y en otros su letra da vergüenza ajena (”cuando algo se muere, nace la nostalgia, buscando un corazón”). Como no podía ser de otra manera, esta pista abre el disco, y la que sigue, ‘Inmortal’, es más Oreja todavía, con esos diminutivos repipis como “escondiditos tus besos malditos” o “muy solita se va”. Al final del tema, las voces de Leire son tan Amaia que juraríamos que Amaia hace los coros. Sería muy divertido que un día se descubriera que de hecho un día los hizo de verdad.

La pista 3 es ‘Jueves’, el tema que La Oreja de Van Gogh han escrito sobre el 11-M y que, contra todo pronóstico, es una balada que gustará tanto a adultos, a pesar de su ñoñería, como a adolescentes, para quienes parece escrita por la historia que cuenta. Al menos no han caído en el recurso fácil de escribir “Otro muerto, pero qué bonito”, como Mecano. Eso sí, han copiado descaradamente los arreglos retro de ‘No te he visto nunca’ de sus paisanos La Buena Vida.

En el resto del álbum encontramos lo de siempre. Está la canción electrónica que creemos dedican a Amaia (’Sola’), la latina (’Flores en la orilla’), la política (’Europa VII’ viene a decir lo mismo que ‘Geografía’), etcétera. Dos de ellas empiezan bastante bien, ‘Cumplir un año menos’ y ‘Palabras para Paula’, ambas de aparente inspiración acústica que incluso recuerda a Vainica Doble. Pero ambas, como es habitual, terminan convertidas en lo de siempre: una exhibición pomposa de mal gusto en cuanto a arreglos, letras y voces. Los guiños a los Beatles tan evidentes, los guiños a Bécquer y a Neruda… todo les suena tan cutre… En resumen, siguen siendo tan malos como siempre, sólo que ahora sin cantante con cara de mala persona.

Calificación: 3/10
Lo mejor: la primera frase del estribillo de ‘El último vals’, ‘Palabras para Paula’ hasta el minuto 1.09, ‘Cumplir un año menos’ también hasta el minuto 1.09
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Escúchalo: ‘El último vals

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Publicado por
Sebas E. Alonso