La consistencia de ‘Youth Novels’ permitió que Lykke se pudiera deshacer de ‘Little Bit’ a mitad del show sin que te aburrieras al final. Porque por ejemplo la versión ligeramente más guitarrera de ‘Window Blues’ funcionó totalmente. Ella, con una cinta hippie que la emparentaba por momentos con su paisana Agnetha Fältskog (la foto no es de ayer, sino de aquí
), tiene ya el magnetismo de una estrella. Una versión inesperada de ‘Cape Cod Kwassa Kwassa’ de Vampire Weekend intercalada de nuevo con su ‘Dance Dance Dance’, una versión de un tema de hip-hop que incorpora un sample del ‘Walk On The Wild Side’ de Lou Reed y el tema con Kleer-up sirvieron para rellenar. Porque Lykke Li sólo tiene un disco y el concierto duró 45 escasos minutos. Por mi parte ninguna queja, no había mucho repertorio más. Así no había lugar para el aburrimiento. 8,5.