Ya hablamos de esta pantomima cuando criticamos su disco, uno de los que peor críticas ha cosechado en el último año (de hecho le está costando mucho vender el CD completo, en comparación al éxito de ventas que ha sido el single), y el mismo coitus interruptus aparece en el nuevo vídeo, ‘Hot’N’Cold’. En él vemos a una pareja a punto de casarse, cuando él parece albergar ciertas dudas… pero al final todo resulta ser una imaginación también.
El recurso de hacer una trama un sueño o una imaginación es probablemente uno de los peores de la historia del cine y la literatura. Y no porque la sombra filosófica de Calderón de la Barca sea alargada, sino porque se ha usado demasiado y con muy poca sal.
Katy Perry lleva dos en una carrera corta, y lo que en el caso de la boda es simplemente una anécdota, en el caso del rollo bollo para mucha gente puede resultar una gran tomadura de pelo. Quizá, por su pasado como cantante religiosa, ella considere besarse con una chica transgresor y revolucionario. Y hasta su actuación cantando ‘Like A Virgin’ mientras se abre su vestido con forma de plátano tiene su gracia, pero la verdad, el falso «lesbian chic» está más visto que el tebeo.
El fenómeno «lesbian chic», que se asocia por un lado a mujeres realmente lesbianas pero femeninas y por otro a heterosexuales que se hacen pasar por lesbianas sólo para dar morbo a los hombres, como es el caso de Katy Perry, ha empapado la publicidad, la música o el cine de los últimos años, con grupos como t.A.T.u. o Britney-Christina y Madonna a la cabeza. Pero en realidad esta pequeña broma suele ser considerada por las activistas lesbianas como altamente perjudicial de cara a que la homosexualidad femenina, aun mucho menos aceptada y visible que la masculina, sea tomada en serio. Si la gente interpreta ‘I Kissed A Girl’ como un desliz, una cana al aire o una broma, difícilmente la homosexualidad puede considerarse una opción sexual igual a la heterosexualidad, que nunca aparece en los medios como un desliz, una cana al aire o una broma.
Katy Perry no tiene la culpa de los males del mundo. Quizá, a estas alturas, después de tantos años escuchando a activistas quejándose de causas a veces justas y necesarias, a veces algo retorcidas; y a artistas defendiendo por su parte su libertad de expresión, simplemente su propuesta resulte un rollo ya.