El directo de Ladytron

Aunque hubo quien malinterpretó nuestro repaso por su discografía, a mí me encantan Ladytron. En presente. Porque su último disco, aunque es más de lo mismo, me parece más sólido por su número de buenas canciones que los de Ladyhawke, Neon Neon o Cut Copy. Pero lo de anoche en la Sala Joy Eslava fue altamente decepcionante.

La banda se presentó como siempre de negro, casi sin interactuar con el público y con un discreto sistema de luces, lo que deja todo el protagonismo, como siempre, a la fascinante gelidez de sus canciones. Pero hubo un problema. Para que la presentación en vivo de sus canciones llegue al público, dada la frialdad de su propuesta, la gente tiene que concentrarse en sus temas y el sonido de la sala tiene que ser perfecto. La cosa estuvo muy lejos de la perfección.

Hasta tres veces me cambié de sitio para tratar de percibir algo de las voces de Helen y Mira, pero no hubo manera. El gran esfuerzo que tuvo que hacer el público por distinguir por dónde iban las letras impidió que se pudiera disfrutar como se habría debido de lo que fue un repertorio excelente.

Ladytron centraron su show en los mejores temas de su último disco, como ‘I’m Not Scared’ o ‘Runaway’, dejando para el final antes del bis, dos de sus mejores canciones seguidas, ‘Playgirl’ y ‘Seventeen’ (el vídeo es del Apolo, no de Joy Eslava). Tras la primera hora de show, uno pensaba que la banda regañaría a alguien por el desastroso sonido, pero fue peor el remedio que la enfermedad y a la vuelta la voz sonaba saturada produciendo un efecto bastante desagradable durante la final ‘Destroy Everything You Touch’. Me gustaría quejarme ya solo de la ausencia de ‘Evil’, pero lamentablemente hubo más. Alguien plantó ‘Versus’ en sonido de estudio cuando la banda dejó el escenario, mientras la gente salía. ¿En serio se puede pinchar Ladytron después de un concierto de Ladytron? 3.

Los comentarios de Disqus están cargando....
Share
Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: ladytron