Built To Spill en directo

Built To Spill, cuyo último álbum (‘You In Reverse’, de 2006) era buenísimo y preparan uno nuevo para la próxima primavera, llevan semanas por toda Europa (en nuestro país estuvieron anteayer en Barcelona, ayer en Madrid y hoy en Bilbao) para interpretar íntegramente su álbum del 97 ‘Perfect From Now On’, un disco que viraba del pop-rock amateur del enorme ‘There’s Nothing Wrong With Love’ hacia un rock que hacía equilibrios sobre el post-rock de Tortoise y el pop de The Beatles.

En estos shows Built To Spill, con el grandón Doug Martsch al frente, parecen buscar una razón de ser de esta revisión más allá del mero goce mitómano. Si las ocho canciones de ‘Perfect…’ ya son en sí complejas, el sexteto (John MacMahon al chelo y teclados y un tercer guitarrista -fundamental en el sonido del show- que era como un clon de Edward Norton con mucho pelo engrosaban el cuarteto) logró darles vida más allá de lo conocido, como si después del fade que apaga cada corte en el cd hubiera un (otro) mundo. Y es así como, después del goce de escuchar seguidas ‘Randy Described Eternity’ y ‘I Would Hurt A Fly’, vivimos el milagro de cómo el rock pesado como el plomo de ‘Made-Up Dreams’ o ‘Velvet Waltz’ acaba esquivando el pozo del tedio para elevarse en una catársis de guitarras inflamadas que se entrelazan poco a poco hasta que te sorprendes paralizado y boquiabierto. Y no es casual, no, cuando en ‘Kicked In The Sun’ y ‘Untrustable’ ocurre otra vez.

El propio Martsch ha declarado en algunas entrevistas ser consciente de la posible pesadez del álbum, así que varían el setlist según la cita. En el caso de ayer en la sala Heineken, Martsch únicamente intercaló un precioso ‘Twin Falls’, él solo a la guitarra, en medio del set completo de ‘Perfect…’. Eso sí, el bis fue una barbaridad: después de su ya casi famosa versión del ‘Paper Planes’ de M.I.A. (ver vídeo), fríamente recibida, soltaron un emotivo ‘Car’ y se despidieron con una brutal versión de ‘Conventional Wisdom’ alargada más allá del cuarto de hora que acababa en un baño de feedback memorable. 8 (No me matéis pero, pese a todo, salí jodido por estar frente a estos bestias y no escuchar ‘Liar’, ‘Goin’ Against Your Mind’ o ‘Big Dipper’!!!)

Por cierto que los teloneros de esta gira, los suizos Disco Doom, demostraron que pueden ser the-next-big-thing para amantes del rock americano de Centromatic o Superchunk. Aunque también recordaban por momentos a los injustamente olvidados Bettie Serveert, su guitarrista parecía por momentos estar poseído por el espíritu de Crazy Horse. Bien.

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Publicado por
Raúl Guillén