Vetusta Morla son de Tres Cantos, ese pueblo de Madrid próximo a la Autónoma, aunque no sabemos a cuál de las tres fases del pueblo pertenece el grupo. Después de años tocando para ellos y sus amigos, se han autoeditado el primer álbum largo, han dado y siguen dando infinidad de conciertos y se han hecho famosos gracias a su esfuerzo y su constancia, lo cual es muy bonito. Además, a pesar de lo malo que es el single ‘Sálvese quién pueda’, hay cosas mejores en su álbum, ‘Un día en el mundo’.
No se sabe mucho más sobre la historia del baño, pero es muy graciosa la cara de Pucho, el cantante del grupo. Es el típico chico que ves en una discoteca y quieres presentar a una amiga tuya porque es mono y parece simpático, pero que una vez que hablas con él, te das cuenta de que no tienes ningún tema de conversación y te quieres ir corriendo. Vetusta Morla, que reciben su nombre de la tortuga de ‘La historia interminable’, en gran medida son eso. Un grupo simpático de pop-rock normal y corriente que aún no ha ahondado demasiado en nada. A pesar de que el grupo tiene sus posibilidades.
‘Un día en el mundo’ podría sonar como Radiohead en la época de ‘The Bends’ sin electrónica, molan bastante las palmas y el final de ‘Valiente’ y también el final de ‘Saharabbey Road’ a pesar de lo que abusan de él en directo. Y mola sobre todo ‘Copenhague’, la canción que lograron colar, para asombro del mundo, entre las mejores de la historia en la encuesta de Radio 3. Todo lo demás en el disco es bastante discreto, con letras que no a fuerza de ser abstractas son buenas, ya que a menudo combinan lo más ordinario de lo gamberro («hay tanto idiota ahí fuera») con lo más ordinario de lo cursi («puede ser que haga de la rabia mi flor y con ella mi bandera»). El tiempo dirá si corrigen sus defectos o si se convierten en otro grupo de pop español de los que no se renuevan ni a tiros.
Calificación: 4/10
Temas destacados: ‘Copenhague’, ‘Saharabbey Road’, ‘Valiente’
Te gustará si te gustan: lo mismo El Canto del Loco que Los Planetas
Escúchalo: MySpace