The Streets en la Joy

En JENESAISPOP no somos especialmente dados al hip-hop, porque de lo contrario, nos llamaríamos JENESAISHOP o algo así. Tampoco es que lo que hacen The Streets sea hip-hop en toda regla, pero a juzgar por el tipo de gente que estaba esperando a que abrieran la Joy Eslava el sábado a las 19.30, demostrando que entre nosotros no está el fan número 1 de The Streets de España ni el número 2 tampoco, parece ser que sí.

Cuando Skinner salió al escenario, como los cantantes estrella de verdad, sólo cuando la letra de la primera canción tiene que empezar, parecía que iba dispuesto a quemar cartuchos sin parar. La primera, en la frente, ‘Everything is Borrowed‘, una preciosa canción de su último disco, con el que comparte nombre. Y la verdad es que es difícil que no se te pongan los pelos de punta con eso de «some days I feel I’m getting smaller and smaller / but some nights I seem to grow taller and taller».

Desde este primer corte vimos a un Mike Skinner totalmente entregado, a pesar de que al principio el público parecía no responder. Saludó con un ‘¡Hola!’, luego un ‘I said: ¡HOLA!’, dijo que Madrid tenía la mejor cocaína del mundo y preguntó que si se podía fumar un porro de hachís. Ante estas peticiones, el público empezó a lanzar cosas al escenario, pero no sabemos si alguien le tiraría lo que pedía de verdad. Creemos que incluso sí.

En un primer momento estaba tan empeñado en que la gente saltara que daba un poco de pereza, y parecía faltar algo de fuerza en la banda que lo acompañaba, no desde luego en el vocalista de color (negro) que le ayudó en todo momento y que era genial, pero sí por ejemplo en los teclados. Además, un par de bobos que nos colocaron cuatro o cinco codazos en el plexo solar estuvieron a punto de amargar el concierto no sólo a nosotros sino a decenas de personas. Aunque es verdad que cuando estás viendo un show que te gusta mucho apetece bailar, lo ideal es no molestar a nadie hasta el punto del cabreo. Por suerte, conseguimos zafarnos de esos dos guiris colocados y nos congratulamos de que Mike Skinner se disculpase en dos momentos del concierto por la actitud de los ingleses en España cuando vienen de vacaciones.

La interactuación de Skinner con el público, absolutamente constante, fue haciendo ganar enteros al show. Ligó con tres chicas de las primeras filas, a una de las cuales apuntó con su paquete, se empeñó en saludar a un par de chicos en concreto y también se puso a hablar con una gente de la primera fila tan campante en mitad de una canción. Estaba bastante guapo, a pesar de esos dientes (que oh my God!), pero hizo que todos saltásemos (estaba empeñadísimo en saltar), nos agáchasemos antes de un momento de subidón (al que no se agachaba le llamaba «feo»), levantásemos las manos al cielo e incluso pasó su micrófono entre la audiencia que, incapaz de rapear, o bien se inventaba las canciones o soltaba soniditos aleatorios que Mike pasaría a imitar sin pestañear.

Su única cobardía fue marginar su último disco, que no se está vendiendo nada y además algunos críticos no han puesto muy bien. Pero el álbum es muy bueno y ‘The Way of the Dodo’, ‘On the Flip of a Coin’, ‘Never Give In’ o ‘The Sherry End’ son temas aparte de excelentes, perfectos para defender en vivo. Una pena que no se atreviese. No podemos en cualquier caso quejarnos del repertorio porque aquello fue temazo tras temazo. Del primer disco destacaron por ejemplo unas emocionantes ‘It’s Too Late’ y ‘Turn The Page’, del segundo ‘Dry Your Eyes’, que pensábamos que daría de lado pero que afortunadamente no, y de ‘The Hardest Way to Make an Easy Living‘, ‘Never Went To Church’. Increíble cuando empezó a sonar ‘Blinded by the Lights’, a la que precedió una pequeña disertación sobre las drogas con una de las personas del público. «¿Tomas cocaína? ¿Éxtasis? ¿Hachís? ¿Hierba? ¿No? Entonces, ¿qué haces para divertirte? ¿Cerveza? Vamos, que tú no entiendes lo que dice esta canción, ¿no?».

Cuando Mike se despidió, evidentemente la sala quería más, y no paró de chillar hasta que volvió a salir al escenario. Entonces fue cuando sonaron ‘Turn the Page’, ‘Heaven for the Weather‘ o ‘Fit But You Know It’. Al final se quitó la camiseta, las zapatillas y pidió que le hicieran un pasillo que le llevara a un asistente calvo del público con el que se había obsesionado, se lanzó hasta el chico, que terminó aupándole, y luego volvió al escenario subido entre la gente de mala manera y revelando con su cara cierto miedo a darse un bofetón. Y sí, algunos incluso conseguimos tocarle un pie.

Pasaron muchas cosas en Joy Eslava. El cantante negro se arrancó con una versión del ‘Daddy’s Gone’ de Glasvegas (!) al finalizar ‘We Never Went To Church’, se incorporaron en uno de los temas pasajes de ‘Over And Over’ de Hot Chip y la banda se despidió con lo que parecía o se nos figuró un homenaje a Rage Against The Machine. Es difícil recordar todo lo que pasó de todas las cosas que provocó este macarra, pero era una gozada salir y comentar con todo el mundo: «¿te has dado cuenta de cuando ha hecho esto? ¿Y de cuando ha hecho lo otro?». Aunque quizá lo mejor fue la de veces que se nos pusieron los pelos de punta escuchando las canciones. Qué bonitas algunas letras, de verdad… 8,5.

Fotos
: Elda Noriega
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Publicado por
Lolo Rodríguez
Tags: the streets