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Yipiyaiyipiyouaiei. Se ha hablado tanto en foros, blogs, webs y demás sobre ‘Merriweather Post Pavillion’, el nuevo álbum de Animal Collective, que cuesta muchísimo hablar sobre él. La nueva obra de los autores de algunos de los discos de pop experimental mejor considerados de lo que llevamos de década han logrado una progresión creativa impresionante que parece no tocar techo: ‘Sung Tongs’, ‘Feels’ y ‘Strawberry Jam’ han sido aclamados como cumbres de un género que ellos mismos han parido y que probablemente nadie podrá usurpar, en el que caben el pop, el folk, el hip hop, el house, el rock, la world music, la psicodelia y mil cosas más. En ‘Merriweather Post Pavillion’ parecen continuar puliendo esa amalgama, cada vez más reconocible y cohesionada, conformando un núcleo brillante y precioso, que tiene un sabor dulce y duradero.
Ya se habla de ‘Merriweather…’ como El Disco Pop de Animal Collective. Y sí, es verdad. Pero que nadie se confunda. Las canciones de Avey Tare, Panda Bear y Geologist siguen siendo complejas y no, no son aptas para todos los públicos. Pero sí es cierto que tienden cada vez más a la estructura tradicional de canción, presentan cada vez más (y mejores) estribillos y las letras alcanzan a entenderse casi siempre, mostrando que incluso así son seductores, sorprendentes, enigmáticos, adictivos y necesarios.
Si alguien tuvo la fortuna de verles en su última gira (nosotros lo hicimos en el Primavera Sound ’08) reconocerá en las canciones de este álbum ese latido opaco y constante que servía como hilo conductor del show y que acababa por inducir al trance. Ese pulso apagado, casi house, está en ‘In The Flowers’ o ‘Summertime Clothes’, que con su melodía, digna de Brian Wilson, se convierte en uno de los mejores números del disco. Y aunque cada nueva escucha garantiza el descubrimiento de un pequeño tesorito en cualquier rincón de los 54 minutos que duran sus once temas (las voces desde el abismo en la recta final de ‘Daily Routine’, el riff de teclado de ‘Bluish’ y sus voces tan Beach Boys, el didgeridoo de ‘Lion In A Coma’ que esconde otro tremendo estribillo, las voces que hipnotizan hacia el minuto 1:50 de ‘Guys Eyes’, etcétera, etcétera…), hay sin dudas dos cortes que marcan el disco: ‘My Girls’ es un perverso mantra que engancha como una droga, probablemente la canción más pop que hayan escrito nunca y que podría ser un hit (sí, un hit de los que se bailan en la disco); y ‘Brothersport’, una melodía casi infantil (o sea, casi perfecta) que galopa sobre una percusión tropical, y que pide sin cesar una y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra escucha.
Unos ya estarán cansados de oír hablar de ellos como la panacea, otros los descubrirán ahora y les parecerán la panacea, otros sentirán que el espíritu out y de vanguardia se ha perdido y les parecerán unos vendidos, otros sentirán que han traicionado el espíritu, otros simplemente sentirán que antes sí y ahora no… todo el mundo habla y va a hablar de este disco y, como todo el mundo tiene un culo, todo el mundo tendrá una opinión. No van a vender mucho pero estarán en las listas de 2009 de algunos (y de otros no). Nada de eso importa demasiado. El desafío o la oferta (según se mire) de ‘Merriweather Post Pavillion’ está aquí y ahora, al alcance de todos, y cada uno debe obrar en consecuencia. Alza las manos si comprendes.
Calificación: 9/10
Temas destacados: ‘My Girls’, ‘Brothersport’, ‘Bluish’, ‘Lion In A Coma’, ‘Summertime Clothes’
Te gustará si te gustan: Panda Bear, Beach Boys, flipar
Escúchalo: ‘My Girls’ en vivo