Espanto: El dúo de Logroño, fuera ya de dudas, fue sin duda lo mejor de la noche. Pese a que su sonido (aún dudamos si intencionadamente o no) lo-fi puede resultar un pequeño lastre en directo, la seguridad y eficacia de Teresa en la voz (no así, ay, la de Luis) lograba dar empaque a su propuesta, en la que sin duda sus costumbristas letras, con su justa carga de mala baba, son ese extra que cualquier banda necesita para triunfar, emocionar o hacer sonreír. Comenzaron con su ya conocida versión del ‘Amor’ de Antonna (Los Punsetes) y escogieron muchos de sus mejores temas: no faltaron ‘El último día de las vacaciones’, ‘La obsolescencia del producto’, ‘El final de la fiesta’ o la divertida ‘No queda un tonto más en España’. Además de un nuevo tema cojonudo (‘Lluvia y viento’, sobre el fin del mundo; ¿un homenaje a Chico y Chica?), hacia el final del set se pusieron bailones y ofrecieron una buenísima versión con caja de ritmos de ‘A ver si nos vemos’, que sí, por momentos pareció de Single. Y para cerrar una adaptación al castellano de The Magnetic Fields
,Lidia Damunt: La pobre Tormina tuvo mala suerte con el jodido cable de la guitarra que se fastidió en medio de un par de canciones al principio del set y, quieras que no, da un poco de bajona. Sin embargo Lidia, que no es precisamente una novata, le echó bastantes huevos al asunto, levantando la cabeza y apretando los dientes (más todavía). La gente, aunque parecía fría, la animó muchísimo y chillaba ante la entrega de la murciana, que azotó con rabia ‘Ocho caballitos de mar’, ‘Soy Tormina’, ‘Pagan por tocar’ y emocionó con ‘Palacio hecho en la roca’ («una balada», dijo), buena parte de su debut ‘En la isla de las bufandas’. Con su ya conocida versión de ‘Blue Suede Shoes’ en castellano, se supo meter al público en el bolsillo. 7.
Joe Crepúsculo: Los miembros de esta web salimos con opiniones muy dispares sobre lo que vimos. A la mayoría les pareció un horror, pero yo me lo pasé realmente bien. Acompañado por Sergio de Thelematicos a las bases y teclados, Joe mostró que hace muy bien lo que ofrece en sus dos discos del pasado año: canciones tan enormes como escaso es su interés por la perfección y el virtuosismo interpretativo. Cerveza en mano, bravucón, salta a escena pinchando sobre la poca nieve que hay en Madrid y cuando algunos absurdos le espetan bobadas, él responde con eructos y temazos escupidos con soberbia. Creo que no puede molestarte que se equivoque de acordes, que se le olvide una letra o que Sergio admita no saberse las canciones si has aceptado el veneno de ‘El día de las medusas’, ‘Los faunos’, ‘La canción de tu vida’, ‘Baraja de cuchillos’, ‘Escuela de zebras’, ‘Los cazadores’, ‘Gabriela’ y más y más… Yo me sigo apuntando a lo de El Crepus. 7,8.
Fotografía del flickr de Metodico, de un concierto de hace un par de semanas en Barcelona. Eso sí, llevaba la misma camiseta que ayer. Lavada. Suponemos.