La piratería, el pasado; el streaming, el futuro

Ayer gran parte de los medios publicaba las declaraciones de la directora del MIDEM (Marché International du Disque et de l’Edition Musicale), con motivo de su clausura: «la piratería musical es grave, es terrible. Pero, ¿el Gobierno actúa? ¿Está haciendo algo?».

Son declaraciones que pretenden calar a base de repetirse pero que no pueden sonar más que a pasado. El futuro, lo revelaba un artículo de El País que a su vez se basaba en un artículo de The Guardian que a su vez se basaría en otra cosa porque está en boca de todo el mundo (un lector lo comentaba en JNSP hace unas semanas), es el streaming, escuchar música online. El discurso anti-piratería, además de ser rancio, revela que su autor no está al tanto del avance de las nuevas tecnologías, y lo que es más importante, de sus posibilidades comerciales.

Hace unos días hablábamos sobre Spotify, que está creciendo en internet a pasos agigantados. Las declaraciones de Dominique Leguern en el MIDEM no sólo son impopulares, en tanto que siguió calificando el 95% de las descargas en el mundo como «ilegal», cuando casi nadie ha sido condenado por bajar música para consumo personal; sino que están más que obsoletas.

La industria ya trabaja en cómo sacar tajada del streaming, dado el alto nivel de consumo musical en plataformas como MySpace o Youtube. Estas páginas tienen visitas millonarias que se traducen en millones en ingresos publicitarios, que con el tiempo tendrán que ser compartidos totalmente entre el portal y todos los artistas (y por supuesto las discográficas), por mucho que Warner y Youtube se peleen

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En ese sentido MySpace tiene un pequeño marrón organizado, porque el día que todos los artistas y compañías le reclamen un porcentaje de los beneficios publicitarios, puede ser su fin. O simplemente el día en que todos los artistas prefieran estar en Spotify que en MySpace, que tendrá que ponerse las pilas para agilizar su site de una vez por todas.

Last FM, en el artículo de El País, apunta que cada vez es más importante el acceso y menos la propiedad. «Las descargas no van a desaparecer, como tampoco lo hizo el vinilo, pero en los próximos años sospecho que un porcentaje significativo de fans elegirán oír música desde la nube», dice Van Burskik de Wired refiriéndose al streaming.

Hay muchos campos por mejorar. Una persona no puede llevarse en un ipod lo que está escuchando en internet. Sin embargo, parece claro que algún día los beneficios que un artista y una discográfica puedan obtener saldrán antes de los anuncios de Spotify que de las ventas de sus discos. Y además, todo el mundo estará más o menos contento, a diferencia de ahora.

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JNSP