En un principio se dijo que el jurado decidiría quién representaría a España en Eurovisión, pero no. En caso de empate, decidía el público. Y al final hubo empate: el jurado dio los 12 puntos a Melody y los 10 a Soraya, pero el público al revés, por lo que finalmente Soraya es la representante de España. Su canción las tiene todas:
-una ¿melodía? horrorosa
-una voz forzada que se quiebra en los momentos claves
-gritos al final
-una letra ridícula
-spanglish
-arreglos étnicos
-una puesta en escena descaradamente copiada de Helena Paparizou, ganadora por Grecia hace unos años
Soraya ganará o no, pero independientemente de eso, ‘La noche es para mí’ no es precisamente la mejor «canción» para enviar al festival de la «canción». Es tan mala que hasta da pena ver a la pobre Soraya, tan maja y tan guapa, defendiendo este truñazo, que como ‘Europe’s Living A Celebration’ parece compuesto simplemente en plan «vamos a hacer una canción eurovisiva», sin ninguna preocupación por la melodía ni nada. ¿Tiene sentido copiar el rollito étnico de las canciones que ganaban hace 5 años? ¿No podríamos adelantarnos en algo?
Hay quien opina que los sonidos españoles no suelen ganar Eurovisión. Se citan los desastres de Remedios Amaya o Son de sol, pero se olvida el buen lugar en el que Azúcar Moreno quedaron con una canción aflamencada pero moderna, como lo es ‘Amante de la luna’ de Melody. Su puesta en escena es tan vistosa como la de Soraya, pero su estribillo es sobresaliente.
También interesante habría sido ver en Moscú a Mirela, con su preciosa balada también de resultona puesta en escena; o a La La Love You, a los que el jurado dio la espalda abiertamente nadie sabe por qué. Uribarri y compañía prefirieron a Santa Fe, que salieron al escenario con un cambio de ropa sobre la marcha que nos dejó atónitos, pero con una canción a todas luces espantosa.
En la tercera semifinal, que se emitió inmediatamente antes de la final, en un último programa precipitado por el batacazo de audiencia (6% de share), destacaron lo mal que canta la chica de Biquini o los agudos de los metaleros Remembrances. Un nivel superior, sí, a las dos primeras semifinales, pero aún muy bajo, que nos hace rezar para que el año que viene TVE escoja a dedo a nuestro representante.