Basta una escucha para darse cuenta de que el alma del grupo es la preciosísima y personal voz de Powell, y el contraste de su rasposa dulzura con las afiladas guitarras, cercanas a las disonancias de los Sonic Youth más poperos, pero hacen falta unas cuantas más para saborear la belleza fiera y profunda de este álbum. La convencionalidad formal de su propuesta oscurece inicialmente su brillo, pero la fiereza rítmica y la tensión de las guitarras van calando hasta que uno simplemente topa con gemas de rock moderno como ‘Death By Fire’ , ‘The Man Who Breaks Things’, ‘It’s Okay’ (con un precioso arreglo de órgano a cargo de Vernon), ‘Young Bride’, ‘Corner Phone’ y, por encima de todas, ‘Some Are Lakes’, una canción hermosísima, monumental. Canciones poderosas sobre el miedo y la angustia de la vida y el amor desde una perspectiva adulta. Apuesto a que ‘Some Are Lakes’ es solo la primera de muchas grandes cosas que escucharemos de Elizabeth Powell.
Calificación: 7,5/10
Temas destacados: ‘Some Are Lakes’, ‘Death By Fire’, ‘It’s Okay’, ‘Young Bride’, ‘Corner Phone’
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