Elvis Perkins en Tierra Amiga

Un llenazo en la sala El Sol es una buena forma de celebrar el éxito (por el momento, al menos, de crítica) de un nuevo disco. Elvis Perkins In Dearland demostró anoche que todo lo bueno que algunos decimos respecto a su obra más reciente no es casual, y que forman un conjunto de músicos increíblemente versátiles y perfectamente engranados puestos al servicio compositivo e interpretativo del señor Perkins.

Tras una correcta actuación previa de Clovis en una faceta intimista y semiacústica que sienta muy bien a sus canciones (incluidos sendos homenajes a Buddy Holly y Lou Reed), el cuarteto neoyorquino subió a escena apabullando con una remozada ‘123 Goodbye’ (hay que echarle huevos para empezar un concierto cantando «123 Goodbye / I love you more in death than I could in life») en la que, por primera vez en la noche, Nick Kinsey se colgaría el bombo y el platillo para animar el cotarro. La espectacular parafernalia instrumental que manejan los compañeros de Perkins (contrabajo, harmonium, armónica, trombón, saxofón…) y su solvencia con las armonías vocales no solo logran multiplicar los matices de las canciones, sino que además suponen un gran atractivo visual. Ellos lo saben y a veces se dejan llevar levemente por la autocomplacencia, pero se les perdona.

‘… In Dearland’ sonó integramente, incluyendo una curiosa versión superfunky de ‘I’ll Be Arriving’, sumando un gospel tradicional que acabó en fiestecilla y un boogie clásico para el que contaron con la colaboración de Fino Oyonarte al bajo. Aunque no faltaron los más reconocibles momentos de su debut (‘Ash Wednesday’, ‘All The Night Without Love’, ‘Emile’s Vietnam In The Sky’ y ‘While You Were Sleeping’), lo cierto es que ahora ganan la partida unas escalofriantes ‘How’s Forever Been Baby’, ‘Chains, Chains, Chains’ y, sobre todo, ‘I Heard Your Voice In Dresden’. Y esto es gracias, en gran medida, a la pasmosa capacidad vocal de Perkins, incluso teniéndola algo dañada tras la gira europea. De hecho, se pidió al respetable que se abstuviera de fumar en la sala por ello, pero no todo el mundo estuvo por la labor. Al final, desmadre con ‘Doomsday’, celebrando la llegada del día del juicio final a ritmo de charanga y a casa con una sonrisa. 8,5

Foto: DeBor en Flickr, tomada en Bruselas.

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Publicado por
Raúl Guillén