El pasado 20 de marzo finalizó la cuarta y última temporada de Battlestar Galactica, que ha dado fin a una serie que ha mantenido a cientos de personas en vilo preguntándose si finalmente los Cylon ganarían la batalla a la Humanidad o sería más bien al contrario.
El cierre de la cuarta temporada es simplemente magistral. En un capítulo doble de una duración de más de dos horas, se cuenta por fin qué sucede al final de la historia, quiénes son los culpables y se entrevé el porqué, no sin antes dejar la puerta abierta (abiertísima) en un final plagado de referencias al mundo en el que vivimos hoy en día, con una visión apocalíptica, destructora y, en cierto modo, desesperanzadora. No en vano, hemos sido testigos durante las temporadas anteriores de la reducción de la raza humana a su mínima expresión, de una guerra civil entre humanos y de otra entre Cylons. Muchos se preguntarán: «¿y qué podía pasar al final?». Teniendo en cuenta que el final es feliz, y que la carga emotiva y religiosa de los dos últimos capítulos era enorme, muchos nos temíamos una salida de tiesto, una mezcolanza de conceptos místicos sobre el devenir de las guerras y de la raza humana.
Aunque algo de eso hubo, que no vamos a mentir a nadie, el desenlace de la trama estaba lo suficientemente bien planteado como para que no rechinase en demasía. Así, Robert D. Moore pone punto y final a uno de los remakes de series más populares de los últimos tiempos, huyendo además de todo el maniqueísmo que podría desprenderse de una historia como esta: al final, ni los Cylons son tan malos, ni los humanos tan buenos. Sin embargo, que no cunda el pánico: ya se puede encontrar por internet el episodio de la precuela de esta serie, que se llamará Cáprica, y que tiene mucho interés, habida cuenta de las últimas frases de Gaius Baltar y Cáprica 6 en el capítulo final de la serie.
