Sentía que era una victoria vacía, sin sentido. La discográfica nos montó una enorme fiesta con champagne en Soho House, en Londres. Sentía que me forzaban a disfrutar del momento, cuando lo que yo quería era estar solo.
No podía soportar ser parte de esa masa, así que intenté lanzarme al vacío desde un sexto piso. Fue Damon Albarn el que me impidió hacerlo. Ahora pienso que debería haberlo disfrutado más de lo que lo hice en aquellos momentos.
Coxon también ha contado cómo le pillaron una vez robando salchichas en una tienda en Camden, a finales de la década de los 90:
El carnicero me vio y me persiguió. Al final me cogió a la salida de Woolworths, y me dio un puñetazo en la mandíbula. Imagino que iba buscándolo, pero en aquel momento no me importaba. Tampoco me hubiese importado si me hubiese amputado el brazo con el pico de un pollo. Además, yo llevaba una falda vaquera y estábamos frente a un autobús lleno de gente mirando. Digamos que no es un momento del que me sienta muy orgulloso.
Sobre su futuro con Blur, el guitarrista se muestra más optimista:
Cuando hagamos los conciertos este verano, en lo único que vamos a pensar es en salir y divertirnos. Después, ¿quién sabe? Podríamos grabar otro álbum. Podría haber mucho más por venir.