Con un Jarvis Cocker centrado en narrar los picores propios de los de su quinta (que algunos comenzamos a ver no tan lejana), la Generación Myspace parece huérfana de cronistas. Eddie Argos, probablemente el mejor frontman y entertainer de su generación, no guarda una pose: él ES la pose. Sus textos, desprovistos de toda ironía, son bolas de demolición de una tonelada de verdad. Exorcizados sus demonios adolescentes, el británico se dedica a confesar sus vicios, que son los vicios de todos. De gente que llega a currar con un resacón importante (‘Alcoholics Unanimous’), en un curro frustrante del que si puede se escaquea (‘Summer Job’), pero que al menos le da para pulirse la pasta en lo que más le gusta (‘DC Comics And Chocolate Milkshake’ – recordemos que Argos escribe regularmente una columna sobre cómics en la web especializada Playback:stl). Gente que adora viajar en transporte público (‘The Passenger’), que cuando se le mete una cancioncilla en la cabeza no puede parar de tararearla (‘Twist And Shout’), que no comprende cómo es posible que no haya descubierto antes a ese grupo tan bueno (‘The Replacements’), que odia los discos de sonido perfecto, que prefiere las chapuzas baratas (‘Slap Dash For No Cash’), que antes de irse de farra toma sin control analgésicos y antialérgicos, así que a la mañana siguiente se despierta cubierto de misteriosos moretones (‘Mysterious Bruises’)… Eso y más es lo que encontramos en sus canciones, pero contado con mucho, mucho, mucho salero.
Tanto salero que resulta totalmente indispensable leer estos divertidísimos textos mientras se escucha el disco. Argos, con su estilo de cantar emparentado directamente con el mencionado líder de Pulp o con Mark E. Smith (The Fall), acaba por conventir sus frases, repetidas hasta la extenuación, en poderosas (aunque ingenuas) consignas para una juventud occidental, hastiada, frustrada y desilusionada. Al mencionado primer single, ‘Alcoholics Unanimous’ («I don’t know how long I can keep it hid / I’m having trouble forming sentences»), sumamos otros números que se aventuran jugosos en sus siempre excitantes directos, como ese himno a los freaks que aún compramos CDs con fruición llamado ‘The Replacements’ («Second han CDs are cheaper / Reissues CDs, extra tracks»), o ‘Demons Out!’, donde se erijen en capitanes defensores de las bandas pobres como ellos pidiendo que le sea retirado el derecho a votar al Público Comprador de Discos, («The Record Buying Public shouldn’t be voting / This is Art Brut vs. Satan»), o el retrato de esa confusa mañana después de cometer el error de mezclar drogas domésticas con priva, en una épica espiral de rock escorado al funk titulada ‘Mysterious Bruises’ («I had one Zyrtec, two Advil / With the drink that made me feel unvincible», en bucle)…
Con miles de referencias a la cultura pop (Iggy Pop, Beatles, Stones, Mountain Goats…), ‘Art Brut vs. Satan’ es un vibrante disco de pop-rock bailable, además de una inagotable fuente de sentencias memorables y, por encima de todo, un divertimento absoluto y necesario. ¿Qué mejor diversión que bailar mientras uno se ríe, sanamente, con y de sí mismo?
Calificación: 7,8/10
Temas destacados: ‘Alcoholics Anonimous’, ‘DC Comics And Chocolate Milkshake’, ‘Mysterious Bruises’, ‘The Replacements’, ‘Demons Out!’
Te gustará si te gusta: The Fall meets Pulp, The Replacements, The Replacements, The Replacements!!!!
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