No siempre las cosas le van tan bien a la gente como le fue a Paul Potts, pero la verdad es que éste es el caso más fulminante de juguete roto que recordamos en años. La verdad es que convertirte en «niña» prodigio a los 47 años no debe de ser fácil de asimilar, y a esta pobre mujer se le ha ido de las manos. ¿Somos todos un poco culpables de que la Boyle le siga los pasos a Raquel Mosquera? ¿Lo son sólo los artífices del concurso por manipularla para hacer audiencia? ¿Es ella la única responsable porque ya sabía dónde se metía? No sabemos. Lo que sí es seguro es que, mientras sigan proliferando los concursos de nuevos talentos, no será la última en romperse la crisma al caer desde la cima.