¿Cómo y cuándo se te ocurre recuperar el glam-rock y adaptarlo a los tiempos que corren?
Realmente por casualidad. Yo había estado trabajando en ‘Pulpo Negro’, que a pesar de que era electropop, ya apuntaba bastante hacia el rock, especialmente y sobre todo en cuanto a las melodías. Y en el nuevo disco decidí que quería afrontar el reto de componer un álbum yo, que no lo había hecho nunca más que en pequeñas dosis y colaboraciones. Y aunque intentaba hacer electropop, sólo me salían canciones de rock. Así que se lo comenté a Jordi Busquets, mi productor y guitarrista, y le dije que me daba algo de cosa hacer un disco de rock. Sin embargo él me animó a hacer lo que yo quisiera, y así fue.
¿Crees que sigue siendo un estilo que no ha perdido actualidad?
Para mí el rock -en principio- no era lo más moderno del mundo. Mi idea del rock es la de un género que, aunque hay gente a la que le puede resultar moderno, no es así. Así que afrontar un disco de rock de forma que pudiera resultar actual era una de mis motivaciones.
¿Y te has sentido cómodo?
Me he sentido más que cómodo. Por primera vez he obtenido un nivel de expresión que no había conseguido nunca. Me he sentido libre en todo momento.
Me imagino que también componer el álbum tú mismo al completo ayuda a que te sientas más cómodo con las canciones…
Sí, eso es importantísimo. Creo que eso se ha notado a la hora de grabarlo y en general en todo el disco.
¿Desde cuándo eres fan de Los Planetas?
(Risas) Pues de Los Planetas desde que su primer disco cayó en mis manos. Es un grupo del que siempre me ha gustado su fusión de rock y psicodelia, algo que es y ha sido siempre inusual en este país.
¿Cómo surge la colaboración con Eric Jiménez?
Básicamente hablando con Jordi Busquets, que había coincidido con él y me comentó que podíamos mandarle un mensaje. En principio yo pensé que era un poco locura, pero lo hicimos. Le mandamos unas demos, enseguida dijo que sí y ha sido un placer enorme trabajar con él.
Además hay otra colaboración que destaca poderosamente, que es la de Arianna Puello. Llama la atención por la diferencia fundamental entre el glam rock y el rap, que es lo que ella hace. ¿Cómo surge? ¿Estás contento con el resultado? Porque en un principio, parte un poco lo que es la tónica general del disco…
Es cierto. Yo creo que el género de Arianna y lo que hago yo puede ser musicalmente opuesto, pero ahí radica la fuerza de esta colaboración. A Arianna la conozco de cuando yo vivía en Gerona, y creo que ninguno de los dos sabíamos que el otro cantaba, y así empezó nuestra amistad. Este invierno, estábamos los dos en el estudio, y había una parte de una canción, ‘El influjo de la Luna / Angeldust’, que tenía una parte instrumental en la que yo pensé que estaría muy bien que alguien rapease o hablase. Y a pesar de nuestras diferencias estilísticas se lo dije a Arianna, porque pensé que por contraste podía funcionar muy bien. Ella aceptó por la amistad que tenía conmigo, a pesar de lo que pudiera decir su público. Y realmente creo que es muy potente verla fuera de su contexto. No es una colaboración ideada para llamar la atención, sino para potenciar una canción.
Y oye, ahora que lo mencionas, ¿cómo se lo han tomado vuestros respectivos públicos?
El mío muy bien, porque están acostumbrados a ser bastante tolerantes. Y el suyo también, porque a pesar de que somos distintos, está en su sitio. Ella es una mujer con mucha personalidad, con las ideas muy claras, con una mentalidad abierta… y sé que no ha recibido ningún comentario en contra.
Tras pasar mucho tiempo en silencio, has sacado tres discos en cuatro años (‘Diamonds’ en 2006, ‘Pulpo Negro’ en 2007 y ‘I Will Glam’ en 2009). ¿Te encuentras en plena cumbre creativa?
Lo cierto es que la gente sigue acordándose de algunas de tus anteriores canciones, siguen formando parte de setlists de DJ’s… Hay algunos coetáneos tuyos que ahora reniengan un poco de los grandes éxitos que tuvieron durante los 80, ¿y tú?
Yo no reniego de esos éxitos y no renegaré de haber vendido millones de discos nunca, pero sí me niego a convertirme en un artista revival, o a volverlos a grabar o volverlos a cantar en mis directos. He de evolucionar y quiero que la gente entienda que yo quiero mirar al futuro y al presente.
‘I Will Glam’ recuerda también a bandas como Chucho o Surfin’ Bichos, con Fernando Alfaro siempre al frente. ¿Eres fan? ¿Te has dado cuenta de estas similitudes?
Sí, tiene puntos en común. No era la idea, no teníamos esos grupos en la cabeza, pero hay momentos en los que se notan esas influencias, sí.
¿Crees que en algún momento el desnudo en Zero pudo dañar tu imagen y que el público te viese más como un producto enfocado al público homosexual?
Puede ser, pero me ofrecieron esa portada y yo lo acepté como el hecho de tener la libertad de expresión que me apetece tener, y de apoyar cosas en las que creo. Puede ser que haya gente que se lo haya tomado como algo fuerte a nivel extramusical, y quizá es algo que no debería hacer si quiero que la gente me vea sólo como músico. Pero creo que es bonito y justo apoyar las libertades individuales de las personas.
Otra de las cosas que sorprende en este disco es la utilización del teletexto en un videoclip, que es algo que no se había hecho nunca. ¿Tú usas mucho el teletexto?
No lo he usado en mi vida. Eso fue la guinda del disco. Cuando estaba terminado y estábamos preparados para vestir el lanzamiento, entré en contacto con una agencia de publicidad que se llama Great Works y les pedí dos cosas: que se hablase más de mi música que de mi persona y que encontrásemos una opción que no se hubiese aplicado nunca antes al mundo de la música. Y así es como nació la idea del teletexto.
¿Y estás contento con el resultado?
Estoy muy contento porque todo es 8-bits, en colores muy planos y muy básicos y creo que eso nos da una potencia acompañando a la música que algo más barroco no habría tenido.
‘El día después’ contiene muchas referencias al consumismo, a la acción social, a tomar iniciativas, a arrasar centros comerciales… ¿Por qué?
Porque es el signo de los tiempos. Al encender la tele, poner la radio, pasear por la calle, ojear una revista, un periódico… Todo está en función del consumo, del consumismo y de una sociedad que me parece insostenible.
¿Te vas a convertir en un cantautor?
Sí, en uno galáctico, del siglo XXI (risas). No, realmente las cosas no las pienso mucho. Me salen como me salen, si no, no podría trabajar. Me pongo en el teclado y sale lo que sale, y van saliendo trozos de canciones y de letras de forma espontánea, muy animal en el fondo.
Así que tu proceso compositivo es sentarte delante del teclado y ver más o menos qué cae…
Sí (risas). Es así, ¿no? Y hay cosas que no funcionan y cosas que suenan muy bien y que desarrollo. Hemos improvisado mucho en este disco, en los meses previos, mientras lo escribía. Y creo que esa frescura se nota, y es algo de lo que estoy muy orgulloso.
Si no me equivoco, en ‘Buenas noches’ hay una referencia directa al Rocky Horror Picture Show…
Sí.
¿Eres fan de la película?
Me gusta la peli y me gusta la estética, y sobre todo muchas melodías de las que estaba escribiendo me recordaban mucho a ella.
Además la película se estrenó justo después de la época del glam rock.
Sí, en 1975.
¿Con qué personaje del Rocky te identificas más tú?
A mí me gustan todos, me gusta Rocky y me gusta también el Doctor Frank-N-Furter. Creo que a estas alturas sería más él… hace 20 años puede que no, pero ahora ya sí (risas).