El DJ que le sustituía se limitó a darle a «play». La fuerza del show residió en lo visual, en las proyecciones y sobre todo en las coreografías de cuatro actrices que, por su cuenta o junto a Casey, se movían al ritmo de canciones como ‘Happy’, ‘The Best Revenge’, ‘Emerge’ o ‘Money Can’t Dance’. El vestuario, colgado en perchas sobre el mismo escenario, cumplió también una función fundamental. Y la peluquería, si recordamos los complementos que Spooner se colocó en la cabeza a lo largo del concierto.
Durante el bis, en el que sonaron ‘Never Win’ y ‘We Need A War’, se animó a soltar un discurso de unos 10 minutos en el que habló sobre lo borracho que iba, pidió drogas e indicó que este era su show número 40. Hubo «crowd surfing» de él y de sus bailarinas, algunas de las cuales desaparecieron entre la multitud. Un desfase de fiesta electro y funk después de la que cualquiera dice que están acabados. 9.
Fotos: Chamadoira en Flickr.