El tabloide US Weekly ha encontrado al asesino que ya anunciaba Latoya. La revista presenta su exclusiva de la semana: la adicción a las pastillas y su obsesión por la cirugía estética tuvo origen en un accidente que tuvo Michael Jackson en 1984 mientras rodaba un anuncio de Pepsi. Lo dice aquí:
Síp, increíble. La cosa va así: Michael rodaba este anuncio para la marca de cola en L.A. y en una de las tomas los fuegos artificiales se encendieron antes de tiempo, prendiendo fuego al rizado cabello de Michael, suponemos que ayudado por un exceso de laca (no aclara si era Laca Nelly, Elnett o cuál). Esto le provocó quemaduras de segundo y tercer grado que le obligaron a someterse a una intervención quirúrgica para reparar su quemada coronilla, lo cual le condujo a su adicción a los calmantes y a la cirugía estética, según informan «múltiples fuentes a la revista» (pa’ mear y no echar gota). Desde luego, hay que ser tener mala baba para hilar así de fino. Eso o estar bien untadito por la competencia… la chispa de la vida, no sé si me entendéis… La veda del bulo queda abierta.